Creen que 4 directoras del Próvolo sabían de los abusos y no lo decían El fiscal de la causa decidió avanzar sobre los empleados que no protegieron a los chicos
Trabajaron en el colegio entre 2005 y 2016. La Justicia las imputó ayer. El lunes acusarían a dos empleados más.
La causa penal por violaciones y abusos a chicos internados en el Instituto Próvolo de Mendoza, avanza sobre el círculo de complicidad y los responsables de cuidar a los menores. Hay dos curas, dos monjas y cin-
co administrativos acusados desde que estalló el caso en noviembre del
año pasado. De estas nueve personas, siete están detenidas. Ahora, el fiscal Gustavo Stroppiana imputó a otros cuatro ex empleados del colegio católico por omisión de denuncia y ser partícipes secundarios de los abusos a más de 27 víctimas, de entre 4 y 17 años. Todos los hechos ocurrieron en el instituto entre 2005 y 2016.
Entre los nuevos imputados se encuentran cuatro ex directoras del primario y secundario del Próvolo, y la semana próxima se sumaría una psicóloga y una cocinera del colegio, a quienes no alcanzaron a notificar ayer. La sospecha es que las directoras sabían de los abusos y no los denun- ciaron en la Justicia ni tampoco intercedieron para impedirlos.
Ninguno de los nuevos acusados quedará detenido, debido a que la participación secundaria es considerada un delito menor en la escala penal y que, las hasta ahora notificadas, se presentaron a la citación de la Justicia y el fiscal entiende que no hay riesgo de fuga.
Uno de los nuevos implicados es una ex directora del colegio, que ya había declarado en la causa. Contó que, como cumplía un rol de directiva pedagógica, no tenía acceso al sector del albergue, que regenteaban los religiosos. Pero en esa misma declaración, la docente dijo que una celadora le había insinuado en forma constante que ocurrían “cosas extrañas” por la noche en el colegio.
“Desde la ONG de derechos humanos Xumec veníamos sosteniendo hace cuatro meses, que había responsabilidad de los directivos, quienes no cumplieron con su deber de proteger a los alumnos porque no sabían o porque encubrieron los abusos”, dijo el abogado de las familias víctimas, Juan Dantiacq.
El fiscal Stroppiana decidió avanzar en la responsabilidad penal de los implicados en segunda línea, los directivos, docentes, profesionales médicos (psicólogos, fonoudiólogos y pediatras); y personal administrativo que formaban parte del colegio religioso, quienes deben haber recibido señales de los abusos sexuales a chicos sordos e hipoacúsicos. “Habrá más imputados en la próximas sema- nas”, adelantó el fiscal.
Los cuatro ex directivos acusados ayer se suman a los nueve procesados: los curas Nicola Corradi, que arrastra denuncias de pedofilia en el Próvolo de Italia, y Horacio Corbacho; las monjas Kosaka Kumiko y Asunción Martínez; los cuatro empleados: el celador sordomudo Luis Ojeda, el asistente y monaguillo Jorge Bordón, los jardineros Armando Gómez y Apolinario Choque (abuso simple); y la ex administradora del colegio Graciela Pascual.
De estos nueve procesados, siete permanecen detenidos. Quienes están libres son la monja Asunción Martínez (está acusada de saber de “un sólo caso”, pagó 200 mil pesos de fianza y creen que no hay riesgo de fuga) y el jardinero Apoliario Choque, quien está acusado de abuso simple.
Los más complicados son los dos sacerdotes y los administrativos Ojeda, Bordón y Gómez, quienes tienen imputados varios casos de violaciones y corrupción de menores, denunciadas por las víctimas bajo el sistema de Cámara Gesell por tratarse de menores y mayores discapacitados.
Estos acusados serán sometidos a pruebas de ADN para cotejar sus datos genéticos con rastros de semen y sangre que han sido hallados en la ropa interior de una niña, durante uno de los allanamientos a la sede del instituto religioso de calle Boedo, de Luján de Cuyo. El predio del Próvolo continúa cerrado y bajo tutela judicial. Los 114 alumnos fueron derivados a otros colegios.