Revelan que la ropa se paga unas siete veces más de lo que cuesta fabricarla
Lo dice un informe de una consultora. “La mitad del precio de la cadena minorista son impuestos”, explican.
¿Por qué la ropa está tan cara?. Es la pregunta que se hacen los consumidores frente a las vidrieras. Sucede que, por una prenda, los compradores pagan hasta siete veces el valor que tiene en fábrica, y la mitad del precio minorista corresponde a impuestos, según un estudio de la consultora Invecq.
Bajo el título “El triángulo de las Bermudas: Impuestos explican más de 50% del precio de la ropa”, el informe se elaboró “en base a márgenes promedio relevados en empresas de las distintas fases de fabricación y comercialización de una prenda”.
“La elevada presión impositiva ha logrado que, a pesar de la protección que ha gozado el sector, toda la cadena de valor de la indumentaria se encuentre hoy en crisis por caída de ventas y pérdida económica, producto principalmente de que la ropa en Argentina ha quedado como una de las más caras del mundo”.
Acerca de porqué vestirse en la Argentina es más caro que en otros países de la región, el economista Juan Luis Bour, de FIEL, explica que: “Por un lado, en otros países existe una economía más abierta, con lo cual el acceso a ciertos productos es más fácil y economico. En el mercado local, en cambio, el sector está más “protegido” y tiene también costos de producción más altos. Costos de capital y laborales. Si a eso le sumamos que las cantidades producidas son menores, ese conjunto de elementos, impacta en mayores costos de la ropa”, dijo.
Entre enero y julio de este año, la producción textil cayó un 20%, según cifras del INDEC. En este marco, el Invecq destacó que “contrariamente a lo que se supone, más de la mitad de la ropa que se vende en Argentina es importada y de esa mitad el 42% proviene de China”.
El estudio pone como ejemplo una remera estándar, que tiene un costo de fabricación en el exterior de US$ 5
aproximadamente. Esto da un costo de producción FOB para la marca de
ropa de $ 90 por la prenda. A esto, la empresa tiene que sumarle todos los gastos de envío, administración, comercialización, financieros e impositivos, con lo cual la termina vendiendo a los comercios a $270 + IVA.
A su vez, los locales, tienen que marcar la remera (el mark-up), de modo de cubrir todos los gastos comerciales, financieros, impositivos y sueldos y que le quede una utilidad. El precio final, ya con IVA incluido, al consumidor, queda en $ 650.
“Como primera conclusión, los consumidores terminan pagando más de siete veces el costo de fabricación”, destacó el informe. Sin embargo, esto no significa una ganancia directa para textiles y comerciantes porque “lejos de tener márgenes extraordinarios, las marcas de ropa están con una utilidad neta promedio del 5% y los comercios apenas superan el 2%”.
Invecq advirtió “teniendo en cuen
ta entonces todos los impuestos, el total de la carga tributaria de la remera asciende a $ 333, lo cual representa el 51,2% del valor de la prenda”, aseguró el estudio.
Según los datos que maneja la Cámara de la Mediana Empresa (CAME), en los comercios de “Indumentaria” la venta “no logró repuntar a pesar de la cantidad de promociones que se lanzaron. El mes finalizó con un declive anual de 2,5% en las cantidades vendidas. De todos modos, por como venía ese sector, junio y julio fueron mejores”, señaló la entidad.
Claudio Drescher, presidente de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI), señaló que “el contexto actual es muy difícil. El incremento de las importaciones nos propone competir de igual a igual con salarios de US$ 200 en Asia. La suba de las tarifas de la energía y otros servicios acentúa esta dificultad. Todo ello, además, en un contexto de un mercado más chico: en el consumo interno no hay signos claros de mejoría”, dijo en un comunicado.