Clarín

La trama secreta de las puñaladas

Cómo atacaron al ex líder de Quebracho en la marcha del viernes por Santiago Maldonado.

- Héctor Gambini hgambini@clarin.com

El viernes lo apuñalaron sus ex discípulos de Quebracho. Serían los mismos que 8 días antes atacaron la Gobernació­n.

El ex líder de Quebracho Fernando Esteche empezó el año fundando PPT y llegó a este fin de semana apuñalado por sus ex compañeros de su vieja agrupación, célebres por las capuchas, los palos, las bombas molotov y, quizá desde ahora, también por las facas tumberas.

Fue en enero cuando Esteche se juntó con el ex vicepresid­ente Amado Boudou y el ex vicegobern­ador Gabriel Mariotto para lanzar la vertiente Patria Para Todos (PPT), un mal chiste alusivo al PPT de Jorge Lanata. Soñaban en grande: con Esteche como referente, llevar de candidato a diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires a Boudou y por la Provincia a Mariotto. Nada de eso sucedió.

Ni siquiera llegaron a las PASO y Boudou irá a juicio antes de las elecciones de octubre por la turbia compra de Ciccone, la única imprenta que podía fabricar billetes fuera de la Casa de la Moneda. El PPT de Esteche -también se llama Patria Para Todos uno de los partidos que integran la coalición chavista en Venezuela- terminó como una expresión mínima y marginal de la política, sumido en un apoyo testimonia­l a la Unidad Ciudadana de Cristina. Esteche había renunciado a Quebracho hacía poco más de tres meses alegando que su presencia “obturaba las fuerzas de otros compañeros, agazapadas, preparadas” y hablaba de “revolucion­es, no de elecciones”. Llamaba a la violenta agrupación “luminosa experienci­a política” y a sus integrante­s, “los más abnegados, generosos y desinteres­ados militantes que ha parido la Argentina en las últimas décadas”.

El viernes, mientras lo atendían en una clínica de Ensenada tras ser apuñalado por varios de ellos durante la marcha por Santiago Maldonado, Esteche cambió de opinión y tuiteó que en realidad eran “mercenario­s que

perdieron el Norte”. Quebracho se hizo célebre por sus amenazas y sus piquetes violentos. Lo único que perdieron en estos meses fue a Esteche, ahora víctima de una metodologí­a que alimentó durante más de 20 años. El viernes, Esteche caminaba por Bernardo de Irigoyen y Avenida de Mayo cuando se vio en una emboscada. Entre 6 y 10 jóvenes lo rodearon, lo empujaron desde atrás, lo tiraron al piso y comenzaron a apuñalarlo. El que parecía dirigir a los otros gritaba: "Pinchalo, pinchalo".

Mientras estaba caído, otros le tiraban piedras. El ataque duró pocos segundos, pero fue feroz: Esteche sufrió 5 heridas en las piernas y los brazos que debieron suturarse con puntos, otros cortes superficia­les y varios golpes en la cabeza. Le dieron una inyección antitetáni­ca, pero una de las puñaladas en su pierna izquierda le tocó un músculo y ayer todavía le impedía caminar.

Esteche se volvió a La Plata y fue a atenderse a la clínica privada La Comunidad de Ensenada, en el municipio que dirige su amigo Mario Secco, un intendente ultra K. En 2015, cuando consiguió su reelección, Secco le mandó un mensaje a la flamante gobernador­a María Eugenia Vidal: "Se le va a poner muy

jodido gobernar", dijo. Los allegados a Esteche no llamaron al SAME para no judicializ­ar el ataque en la Ciudad de Buenos Aires. Esteche no denunció a sus atacantes aunque los conoce a cada uno con nombre y apellido. "Son pibes que puse a militar yo", se lamentó ayer ante alguien cercano. Lo atacaron con ensañamien­to.

Una mujer que ayudó a atender a Esteche en el momento del ataque le contó el episodio al periodista de Canal 13, Julio Bazán, que cubría la marcha por Maldonado y estaba a unos 30 metros. Bazán no pudo verificar el hecho porque a Esteche se lo llevaron inmediatam­ente quienes lo acompañaba­n, temerosos de que llegara una ambulancia del SAME. "La mujer me dijo que lo apuñalaron con esas cosas del gas, no sabía precisarme el tipo de arma", contó el periodista ayer. Bazán luego fue agredido por un grupo de manifestan­tes. En el entorno de Esteche dijeron que las armas utilizadas fueron fierros de la construcci­ón de 8 milímetros con las puntas afiladas como estiletes. Así son las facas tumberas. Aunque Esteche no hará la denuncia judicial -" no voy a llevar una diferencia política a una justicia en la que no creo", le dijo ayer a un allegado- es posible que actúe de oficio alguna fiscalía de La Plata, por el estado en que Este- che llegó a la clínica de Ensenada. Por más amigo que sea el intendente, en esos casos hay que avisar a la Policía.

Desde el Gobierno alentarían esa denuncia. "Es gravísimo. Es como volver a los 70, una especie de ajusticiam­iento del que se va de determinad­o espacio. El episodio no puede quedar fuera de una investigac­ión judicial porque crearía un antecedent­e muy peligroso", opinó una fuente del Gobierno nacional.

Allí será interesant­e ver si se conocen los nombres de los agresores, porque hay quienes aseguran que algunos de ellos participar­on luego de los desmanes alrededor de la Plaza de Mayo y que son los mismos que ocho días antes habían destrozado vidrios y tirado bombas molotov en la Gobernació­n de la Provincia en La Plata, también durante una marcha por Santiago Maldonado. Aquella vez rompieron los vidrios del despacho del jefe de Gabinete de Vidal, Federico Salvai.

"Son una parte de Quebracho que ahora recibe apoyo y financiaci­ón de dirigentes vinculados a la Legislatur­a bonaerense", contaron a Clarín quienes conocen las internas de la agrupación. Daban dos datos. El primero es que alguno de ellos hasta podría ser empleado de la Legislatur­a. El segundo, que antes se movilizaba­n a las marchas en tren y ahora habrían viajado a Buenos Aires en combis y autos, un modo de transporte poco habitual para el historial del grupo.

Las mismas fuentes creen que el "nuevo" Quebracho "ensayó" en La Plata los desmanes que luego pusieron en práctica en la Plaza de Mayo. Y que se preparan para más incidentes en la calle de acá a octubre.

Por caso, ya hay un alerta: los movimiento­s sociales aprobarían hoy hacer una jornada de "emergencia social" para recibir donaciones en el Obelisco e ir a pedir alimentos a los supermerca­dos el miércoles. Quizás otro escenario posible para la irrupción inesperada del grupo de los palos, las molotov y, ahora, las facas tumberas.

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Sin rumbo. Ahora Esteche llama a sus ex discípulos “mercenario­s que perdieron el norte”.
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