El futuro de miles de jóvenes en EE.UU. depende de una firma de Trump
Polémica. El presidente quiere derogar un programa que protege de la deportación a hijos de inmigrantes “sin papeles”.
Muchos llegaron a Estados Unidos cuando tenían cinco, diez años de edad. Todos se sienten plenamente estadounidenses. EE.UU. es el país en el que crecieron y fueron a la escuela, donde hoy trabajan y pagan sus impuestos. Su hogar, aunque ahora pueda desaparecer de golpe con apenas una firma de Donald Trump.
El presidente de Estados Unidos podría acabar hoy mismo con un programa de protección a “soñadores”, como se conoce a esos jóvenes que entraron con sus padres de forma ilegal en EE.UU. cuando aún eran niños, puesto en marcha por su precedesor, Barack Obama.
Se espera que Trump anuncie hoy su decisión. Según todas las quinie- las, lo más probable es que anule el programa y conceda, a la vez, un período de gracia de seis meses. Durante ese tiempo, el Congreso podría permitir a los más de 750 mil jóvenes afectados permanecer en el país a través de una reforma legislativa.
Casi todos los jóvenes afectados están hoy perfectamente integrados. “No pertenecemos a nuestro país básicamente porque no lo recordamos”, contó Tomás, uno de los afectados, sobre su lugar de nacimiento. “Y al mismo tiempo crecimos en un país donde te dicen que no perteneces”.
En junio de 2012, el entonces presidente Obama aprobó el programa DACA (por las siglas en inglés de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia) para proteger de la deportación a los indocumentados que habían llegado al país con sus padres antes de cumplir los 16. Les dio permiso de trabajo y, en la mayoría de los estados, licencias de conducir.
Si Trump rechaza el programa, el gobierno dejará de emitir estos permisos de trabajo y no renovará los ya existentes. Si esto ocurre, para 2019 todos los beneficiarios de DACA ya se habrán quedado sin papeles y, otra vez, viviendo el terror a “la migra”.
En los cinco años en que el DACA ha estado vigente, los jóvenes han criado hijos, abierto líneas de crédito, comprado autos y casas. Hasta ahora han estado protegidos de la deportación y se les ha permitido estudiar en la universidad o trabajar. Si Trump cancela el programa sin una reforma legal paralela que los proteja, tendrán que abandonar Estados Unidos.
El destino de estos jóvenes ha sido una de las grandes preocupaciones de las organizaciones de derechos civiles desde la victoria de Trump, que en su campaña prometió expulsar del país a los más de 11 millones de personas que viven en Estados Unidos sin papeles de residencia en regla. Luego el presidente electo hizo de los “soñadores” la única excepción cuando situó a todos los inmigrantes, sin distinción entre criminales o no, como prioritarios para la deportación.
Bajo el liderazgo de Texas, diez estados gobernados por republicanos están haciendo fuerza para que Trump se pronuncie hoy contra el programa. Pero el tema de los “soñadores” divide aguas también dentro del partido. Muchos diputados y senadores republicanos consideran la cancelación del DACA como una medida demasiado drástica.
El propio Trump no parece tenerlo claro. Durante una conferencia de prensa en febrero, dijo que era “un asunto muy, muy complicado”. “Se trata de chicos realmente increíbles, diría que en su mayoría”, dijo. El problema es que el núcleo duro de sus votantes no acepta tantos matices en el debate sobre la inmigración y espera verlo cumplir sus promesas de campaña. En un momento en que el nivel de aceptación del presidente ronda su mínimo histórico, eso podría ser determinante.