El decálogo que la Selección debe resolver para evitar la dependencia de Messi
Sampaoli apuesta a Banega, a otra posición de Dybala y a Lautaro Acosta para oxigenar a Leo y alimentar a Icardi.
Para que la obligación de la búsqueda del resultado no se transforme en desesperación, para empezar a dibujar los primeros pasos hacia una identidad tan ambiciosa como seductora, para lograr una identificación con un hincha singular, necesita la Selección resolver un decálogo futbolero que gira alrededor de un mismo eje: Messi. Que el equipo encuentre a Leo para que él no deba correr siempre al rescate del equipo. Ahora no habrá enfrente un adversario experimentado y especialista en cerrar espacios hacia atrás. Es el momento para que broten las primeras señales del juego que impulsa Sampaoli. 1. El oxígeno para Messi.
Los detalles que se filtraron de las prácticas demuestran que Sampaoli pone todo como para aliviar a Leo. Le ofrece cambios y diversas sociedades en distintos sectores. 2. El regreso de Ever Banega.
Tendría que evitar los retrocesos exagerados de Messi y debería derivar en recepciones más limpias y cómodas de Leo. Se sabe que Banega, además de prolijidad, puede regalar verticalidad. Arista híper valiosa. 3. La Joya Dybala. Al cordobés se lo anhela en su má- xima dimensión. Con Uruguay pasó inadvertido detrás del 9, donde terminaba asfixiado por Messi (se tiraba hacia el medio) y Acuña (iniciaba por la derecha y siempre se cerraba). Ahora sería una especie de interior derecho, arrancando desde un poco más atrás que Messi, de frente al arco rival, con otro panorama. La expectativa es que juegue de acuerdo a su apodo, a lo que muestra en Juventus. 4. La explosión de Acosta.
No se comprendió la decisión de Sampaoli ante Uruguay de poner a un zurdo (Acuña) por la derecha. Tal vez no quiso arriesgar tanto. Ahora sí lo hará. Se viene Lautaro Acosta, bien abierto por la banda, para herir como en Lanús. Entusiasma. 5. Los triángulos.
La idea es que por la derecha dialoguen Dybala, Messi y Acosta. Y que por la izquierda lo hagan Banega, Messi y Di María. De esas charlas que se intuyen dulces se aguardan triangulaciones y desbordes capaces de quebrar a la modesta Venezuela. Todo pensado para concluir en Icardi. 6. El final de Di María.
Todavía retumban sus centros sin destino ante Uruguay. Del zurdo se necesita que consiga la paz suficiente en la finalización de cada jugada para llegar a una precisión proporcional a su velocidad y desequilibrio. Gran parte de lo que sea capaz de generar el equipo, para que no se des-
perdicie, requiere de Di María con una decisión correcta y precisa en el cierre de cada acción. 7. El descubrimiento de Icardi.
El equipo debe alimentar al “9”. No puede repetirse lo del Centenario: el del Inter tocó apenas 12 pelotas, sólo una en posición de remate al arco y encima incómodo. 8. La experiencia de Mascherano.
Como defensor a la derecha de una línea de “3”, el Jefe apoyará en cada salida, saltará al medio en algún instante para imponer superioridad y tratará de estar atento por los huecos a espaldas de Dybala 9. El plus de Pizarro.
Parece que no jugará Biglia (sale de una lesión y viene de sumar 90 minutos) y sí continuará Pizarro. Puede ser valioso para que Banega no la busque tan atrás y para apoyar desde el medio, además de no descuidar a los tres defensores. 10. La recuperación post pérdida.
Para que la propuesta no se desfigure, será determinante que Argentina muestre un bloque compacto, que no se estire en el campo. Así, al perderla, no sufrirán en espacios inmensos los defensores ante los veloces Josef Martínez y Rondón. Así la recuperación será más rápida y en campo rival, clave para que la Selección siga buscando el resultado y la identidad con Messi como cómplice y no como salvador.