El caso Maldonado: buscan claves en el río Chubut y en el relato de la Gendarmería
Los gendarmes informaron que quienes cortaban la ruta escaparon nadando, pero nunca mencionaron a Maldonado. El habeas corpus y los mapuches también apuntaron al río.
Clarín accedió a la causa que investiga el juez Otranto. Allí se menciona, en tres oportunidades, que dos de los manifestantes que reclama ban huy er on y se metieron en las aguas del río Chu- but, ahora bajo rastrillaje. Pero la Justicia apunta también a las contradicciones entre los dos jefes de la Gendarmería en Esquel. Macri se reunió ayer con Bullrich para seguir el caso.
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El viernes empezó la búsqueda de algún indicio sobre Santiago Maldonado con un operativo de más de cien policías, prefectos, un helicóptero y drones que rastrean parte del río Chubut. Es un trabajo complejo pero acotado ahora a una zona específica. Esa corriente de agua cruza durante
800 kilómetros a la provincia a la que le dio el nombre. Y desemboca hacia el mar en la Bahía Engaño. Es un dato geográfico. No judicial. El Río Chubut es un lugar crucial para el caso Maldonado desde el inicio mismo de la
causa que lleva adelante el juez federal subrogante de Esquel, Guido Otranto. El magistrado tiene a cargo la investigación que tiene como objetivo encontrar lo más rápido posi-
ble al joven.
Nadie aportó a la Justicia, aún, con precisión de prueba jurídica sólida, indicios que puedan ayudar a saber
algo sobre él: lo último que se podría haber reconstruído sobre su vida con cierta firmeza judicial se retrotrae el 31 de julio pasado. Y no lo ubica a Maldonado dentro del predio del Lof de Cushamen surcado por el Río Chubut. Allí vive una comunidad mapu- che radicalizada. Clarín accedió a documentación que forma parte del expediente de Otranto. Es una causa impulsada por un pedido de hábeas corpus. Desde el inicio mismo de la pesquisa se señaló a un sector del río Chubut, cercano a la comunidad mapuche del Lof Cushamen, como el sitio en la que se perdieron los últimos potenciales rastros de Maldonado. Lo dejó asentado por escrito el Defensor Oficial de Esquel, Pedro Machado. También lo admitió la propia Gendarmería. Según la fuerza, el 1 de agosto integrantes del escuadrón de El Bolsón persiguieron a quienes los habían agredido de modo violento tras desalojar un corte de ruta: un informe oficial afirma que esas personas escaparon “nadando” por el río. Ese informe no menciona a Maldonado.
A estos datos se agrega además la declaración de un buzo de Prefectura que se sumergió en esas aguas heladas, Juan Carlos Mussin, que dijo bajo juramento a Otranto que exploró un “punto dato” de las aguas del Chubut que había sido “indicado por la comunidad mapuche de la desapareción” (De Maldonado). A pesar de eso, no tuvo la tranquilidad suficiente para hacer su trabajo bien. Contó que los mismos aborígenes le exigieron que se vaya porque esas aguas eran, para ellos, “sagradas”. Mussin declaró como testigo frente a Otranto el 14 de agosto. Había buscado a Maldonado en el río once días antes.
Desde el viernes pasado, el rastrillaje sobre el Chubut es liderado por fuerzas nacionales.
Esa búsqueda es la última gran acción ordenada por Otranto en el caso, que sigue teniendo a los gendar
mes que actuaron el 1 de agosto, con armas anti-disturbios, dentro del Lof de Cushamen, como principales sospechosos de la desaparición de Maldonado.
Según la documentación que pudo chequear Clarín, entonces, tres “protagonistas” diferentes de la causa coinciden en que el río fue un lugar por el que intentó cruzar Maldonado. Con suerte, o sin ella.
Un testigo de origen mapuche, que vive en el Lof Cushamen, de apellido Santana, había declarado como testigo ante Otranto y dijo que vio, a 500 metros de distancia, cabalgando un caballo y gracias a binoculares, que el joven desaparecido intentó cruzar esas aguas que él había podido sortear, pero fue atrapado antes. Ese testimonio, según admiten en la Justicia chubutense, es inconsistente y contradictorio.
Más allá de las coincidencias sobre una situación indeterminada aun que habría ocurrido en el Río Chubut, no hay en el expediente de Otranto, al menos en lo que pudo conocer Cla
rín, ninguna prueba o testimonio rotundo que dé por probado que Mal-
La búsqueda se inicia con una testigo que dijo que “Santiago Peloz o Pelozo” desapareció.