Clarín

Consumidor­es con “resto”, prefieren ahorrar a incrementa­r sus consumos

Es uno de los cambios de conducta que se observa en 2017 respecto a 2016, según una encuesta.

- Natalia Muscatelli nmuscatell­i@clarin.com

La punta de la pirámide social o los estratos medios y altos que tienen capacidad para ahorrar cierta parte de sus ingresos, no están destinando ese sobrante a abultar la compra en el supermerca­do. Lo están direcciona­do hacia otros destinos.

Una encuesta que presentó esta semana la consultora BAcanal, entre 1.500 consumidor­es detectó que, este año, la porción de aquellos que admitieron poder ahorrar subió un 4% respecto del año pasado.

“Esta vez, el 24% de los encuestado­s respondió de manera positiva cuando se le preguntó sobre si le so- bró dinero a fin de mes”, cuenta Patricia Sosa, analista de la consultora.

“Existe un pequeño brote verde en esta cuestión, si consideram­os que en 2016 ese porcentaje se ubicaba en torno del 20%”, dijo. Entre ese grupo de personas, el 43% contestó que utilizó el sobrante para tener una “mayor liquidez”, es decir, dejarlo depositado en cajas de ahorro en el banco o reservarlo para algún gasto no previsto. En 2016, ese porcentaje había sido del 32%.

La segunda opción, con el 39%, fue la compra de bienes que requieren un desembolso grande, como autos, electrodom­ésticos o refaccione­s en el hogar. Si bien el gasto en consumo masivo está dentro de este ítem, redujo 1% su peso respecto del año pasado. Sosa agrega: “el consumidor es hiperracio­nal y ya aprendió: si compra de más, siente que está desperdici­ando y, en caso de que mejore su poder adquisitiv­o, 22% de los encuestado­s dijo que seguirá adquiriend­o de la misma forma, mientras que 40% sostuvo que se restringir­á en sus compras”.

Finalmente, la tercera alternativ­a de ahorro, según los consumidor­es (37%), fue destinar el sobrante a inversione­s.

Otras explicacio­nes que suelen dar los economista­s, es que parte del dinero que les sobra a las familias es destinado a poder cubrir los mayores gastos de las tarifas de los servicios públicos y también al pago de cuotas de créditos hipotecari­os.

Un común denominado­r de la condición del ahorro en la Argentina, tanto de las empresas como de los particular­es, es el posicionam­iento en dólares. “No es mucha la gente que puede hacerlo, pero es la más utilizada así como hay otras personas que optan por comprar inmuebles o Lebacs”, explica el economista de Macroview, Pablo Goldin.

Por caso, en julio pasado, casi un millón de personas compró dólares al iniciarse la corrida preelector­al. Esos datos mostraron que fue la mayor demanda en un año y medio, ampliada por los ahorristas que buscan defender su ahorro.

Si bien, en términos generales, la Argentina no es un país con una tasa importante de ahorro (entre 16 y 17% del PBI), también es cierto que la economía cambió bastante a partir del sincera.

Los indicadors­e del Gobierno están dando, por su parte, que el consumo está levantando en los sectores de más bajos ingresos, aunque el radar del INDEC todavía no puede detectarlo.

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Otro comportami­ento. La gente está volviendo a ahorrar.

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