Clarín

Cristina pidió un conteo propio para la noche de la elección

Los K aseguran que es para evitar “la puesta en escena” que hizo el Gobierno en las PASO.

- Pablo Ibáñez pibanez@clarin.com

Cristina Kirchner no quiere otro 13-A. No quiere que, como ocurrió la noche de las PASO, su nombre aparezca en el club de los perdedores cuando, al final, los números digan que ganó por un puñado de votos.

El affaire del escrutinio, que se congeló con la ex presidente casi 7 mil votos abajo y terminó en la Justicia con Unidad Ciudadana (UC) arriba por 20 mil, no sólo puso en alerta a la ex presidenta por presuntos desmanejos, sino que pidió montar un conteo paralelo.

El plan está en marcha y se discutió la semana pasada en el Instituto Patria, búnker K. Un grupo de técnicos informátic­os trabajan para definir el software que se usará mientras que se termina de definir el esquema que se usará para colectar datos.

La alternativ­a más factible, según supo Clarín, es montar un circuito de carga de “mesas testigo” para tener, a las 21, un resultado propio de cómo salió la elección. Se ensayó en las PASO y, cuentan en el staff K, funcionó con un margen de error de 0,5%. El manejo que hagan con esta informació­n es aparte. Con las primarias, fuentes K insistiero­n hasta último momento con que Cristina había ganado por “2 ó 3 puntos”.

Respecto a la noche de las PA- SO, en UC aseguran que, a partir de esos datos de una victoria apretada, Cristina mandó a Leopoldo Moreau a hablar con la prensa para decir que había que esperar la carga aunque el conteo oficial mostraba a Unidad Ciudadana 5 puntos abajo de Cambiemos. Fue, también, el elemento que la hizo demorar su aparición pública.

Como contó este diario, la persona que advirtió a Cristina que los datos oficiales no reflejaban el resultado real fue la diputada María Teresa García, que coordinó, junto a Eduardo “Wado” De Pedro, una red de fiscales para ir colectando datos.

“Cristina quiere tener datos reales en paralelo al escrutinio que haga INDRA”, indicó a Clarín un dirigente K. INDRA es la empresa española que hace años se encarga del conteo provisorio. Incluso con el kirchneris­mo.

La idea inicial de UC es enfocarse en 3.500 mesas testigo (sobre más de 35.000 en total), con fiscales conectados que pasen los resultados apenas termine y, con esos números, tener una estimación propia. ¿Problemas? Que si la elección es ajustada como la PASO, o incluso hay una diferencia de 2 ó 3 puntos, las “testigo” no serán suficiente­s para contrarres­tar contra el conteo oficial. En la general, se reparten las bancas: un voto puede definir, por caso, si el segundo senador es Jorge Taiana o Gladys González. Y qué cantidad de diputados entra por cada uno de los cinco frentes que sobrevivie­ron a la primaria y estarán el 22-O.

En el cristinism­o hablan de la puesta en escena. “El Gobierno va a tratar de hacer lo mismo que en las PASO: usar el escrutinio provisorio para mostrarse felices y tirando globos. La noche de las PASO ninguno dijo ganamos en Buenos Aires porque sabían que no habían ganado”, afirman a Clarín desde el staff K.

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Campaña. Cristina, el fin de semana, con una familia en La Plata.

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