ARJONA LLEVÓ SU “CIRCO SOLEDAD” A LOS ÁNGELES
Allí donde se lucieron glorias como Shaquille O’Neal, el guatemalteco dio un recital con una puesta impecable.
El popular cantante inició una nueva gira norteamericana. En noviembre llegará a la Argentina.
Un par de clowns; ella corre, el la persigue en una bici pequeña; muy pequeña. Con un griterío ensordecedor, la multitud presagia que la noche que recién está comenzando será intensa. A telón cerrado suena Circo sole
dad: “Hay payasos con sonrisas de colores…/trapecistas con corbata y de señores/y bufones como plagas en la tele/en el circo lo que aburre te entretiene”. Sigue: “Personajes que aman tanto al proletario/que se vuelven magos y nos multiplica”. ¿No era que Ricardo Arjona canta sólo canciones de amor? ¿O será que el ‘sólo’ está de más? “Para algunos, respirar es vivir. Pero cualquier pendejo respira. Donald Trump respira”, provoca, ahora. Y refuerza la apuesta: “Vivir es pecar, es tocar, es gozar. Es dejar de hacer el amor por Internet”.
Frente a él, las alrededor de 13 mil personas que no dejaron ni una butaca libre este sábado, en el Forum Los Angeles, el de los Lakers de Shaquille O’Neil y Magic Johnson -“Recuerdo mi primera vez aquí, para verlo jugar; fue un regalo de mi hermana”, señala-, lo acarician con aplausos. “Estoy aquí pa’ lo que a ustedes les de la gana”, remata el guatemalteco, en el inicio de su tercer recital de la etapa estadounidense de la gira que hará escala en el DirecTV Arena de Don Torcuato en noviembre, donde ya lleva tres fechas agotadas, y en otros puntos de la Argentina.
A esta altura, ya tiró sobre la mesa, además de la apertura, dos de sus nuevas cartas, Ella y Señorita, y una ganadora: El problema, con Sin daños
a terceros enmascarada. Lo cierto es que Arjona habla, y mucho. Pero canta, también; y mucho. Y la banda toca. Mucho; muchísimo. “¿Hay alguien aquí que se esté por casar? Entonces que se tape los oídos”, sugiere; y ahí va otra de las nuevas: Hasta que la muerte los separe.
La lista es generosa: Porque puedo, Historia de Taxi, Apnea, Remiendo al corazón, Dime que no, Cómo duele… Ahí sí, le canta al amor. O mejor, a distintos tipos de amores. Mientras, el circo que montó para la presentación de su nuevo álbum, Circo soledad, funciona a la perfección, merced a las acrobacias y malabares de la pareja formada por Nicole y Panchorizo, unas impecables puesta escenográfica y diseño de luces e imágenes, y
una banda que va del rock más potente a la ranchera, de la balada al ska, o del reggae al son con una ductilidad envidiable y que le allana el camino al cantante para que su show no decaiga por un segundo.
Y para que él, en el plan de maestro de ceremonias de su propio circo, juegue el juego que mejor juega: hablarle a las ‘ellas’ imperfectas. A las que “les sobran unas libras”, en Desnuda; a las de pasado bajo sospecha, en Tu reputación; a las que ya sumaron un buen tiempo en esta vida, en Señora de las cuatro décadas, que termina de cantar con una elegida entre el público sentada sobre su rodi
lla. Y también a ellos; los que decidieron cruzar la frontera en busca de un presente mejor -y que hoy, aquí mismo, son muchos-, en Mojado.
“Nos podríamos quedar toda la noche”, amenaza Arjona en el bloque que los tiene a él y a sus nueve músicos sentados al borde del escenario en un “a pedido” que incluye la vieja
Don David y la no tanto Cavernícolas. Pero a los dueños de casa la idea no parece gustarles, y por un instante, en Minutos, los músicos son sólo siluetas a oscuras en un escenario en el que de pronto unas cuantas lamparillas dejaron de alumbrar. Pero es sólo un instante -acaso un aviso- y entonces sí, Mujeres marca el final definitivo. Y la última ovación… por ahora.