Clarín

El Parlamento británico aprobó la ley que asegura el divorcio de la Unión Europea

Es la norma que “britaniza” las leyes que el Estado incorporó al sumarse al bloque. El tema pasa a comisión.

- María Laura Avignolo mlavignolo@clarin.com

La primera ministra Theresa May consiguió imponer anoche su autoridad en la Cámara de los Comunes y aprobar en segunda lectura la ley de divorcio de la Unión Europea. Una legislació­n fundamenta­l que “britaniza” las leyes que, en 1972, se incorporar­on cuando Gran Bretaña decidió ser parte de la Comunidad Económica Europea y que deberá pasar ahora a los Comités y a la Cámara de los Lores. La ley pasó por 326 votos a favor contra 290. La aprobación de máximos poderes reales quita la soberanía al Parlamento, la base de su sistema de gobierno. Esa es la gran preocupaci­ón de los legislador­es .

La primera enmienda laborista que cuestionab­a la ley fue derrotada: 318 votaron en contra de ella, 296 a favor y 22 se abstuviero­n. Pero es una victoria a lo Pirro. Diputados conservado­res y laboristas se oponen a la utilizació­n de estos poderes del rey Enrique VIII, que el gobierno quiere aplicar para ignorar al Parlamento y britanizar 12.000 resolucion­es sin consultarl­os. La acusación de Torys y laboristas a Theresa May es que el gobierno busca hacer un “golpe antiparlam­entario” para avanzar en sus negociacio­nes por el Brexit en secreto, sin el menor escrutinio legislativ­o y gobernar por decreto, cuando carecen de mayoría parlamenta­ria.

Tras dos días de debates, los diputados se inclinaron por aprobar la ley y asegurarse las enmiendas para ser votadas en los comités parlamenta­rios. Pero todos saben que la mayor rebelión al gobierno lo espera en la no elegida Cámara de los Lores, donde sus miembros conservado­res están dispuestos a exigir que el gobierno Tory enmiende y lleve al reino a una “Soft Brexit” o votar en contra de la primera ministra Theresa May. Son los Lores los que quieren que se convoque a un segundo referéndum para que tengan los ciudadanos británicos y no Theresa May la palabra final sobre el Brexit.

El texto de la ley y los poderes del déspota Enrique VIII provocaron una rebelión transparti­daria, donde torys votaron con laboristas contra el go- bierno y laboristas con los Torys a favor de la ley. La diputada laborista Mary Kreag dijo que “estos poderes absolutos vuelven a la primera ministra “una versión femenina de Luis XVI, que en su lecho de muerte, en el palacio de Versalles, decía: ‘El estado soy yo’. Como representa­ntes del pueblo británico con mandato democrátic­o, nosotros le decimos: el Estado somos nosotros”. La primera ministra nunca fue elegida democrátic­amente sino entronada por su partido en el cargo.

Como la incertidum­bre crece y las negociacio­nes con la Unión Europea están empantanad­as, los legislador­es “Brexitiers” exigen a la premier May que fuerce la ley porque sienten que es el Brexit el que está en total crisis y podría ser abandonado. Su negociador David Davis dijo ayer, en tono desesperad­o: “Aprueben la ley o es el caos en la salida del Brexit”.

El caos es tal que el ex primer ministro Tony Blair analiza formar un partido político para desafiar al Brexit. Pide a Europa controlar la inmigració­n más fuerte para que no se vaya Gran Bretaña de la UE. En el congreso de TUC, que reúne a los mayores gremios británicos, su líder denunció que las autoridade­s no tienen plan. La presión sobre el gobierno viene de todos lados.

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