Abril cumplió 15: a la fiesta entró del brazo del papá de la beba que le donó el corazón
En 2003 estuvo en lista de emergencia hasta recibir el órgano de una beba que murió en un accidente de tránsito.
De Abril Dispenza habló todo el país en 2004, cuando era una beba. Primero, por la agonía de un virus letal para el corazón de un recién nacido. Después, por el trasplante inédito en Argentina que la salvó en el Hospital Garrahan. El sábado pasado aquella beba tuvo su esperada fiesta de 15. Y su historia anudó la garganta de los argentinos una vez más, cuando el padre de la beba donante -fallecida tras un accidente de tránsito- ingresó al salón del brazo de Abril. La historia se remonta a un 24 de
enero de hace 13 años. Con 16 meses y signos vitales críticos, Abril recibió el corazón de Ayelén, otra beba de 18 meses que luchó 7 días con la fractura de cráneo masiva de un terrible accidente de tránsito en Santiago del Estero. En el acto, habían muerto su madre y su hermana mayor.
La implantación del corazón de Ayelén en el cuerpo de Abril fue una hazaña médica local sin precedentes. Luego sólo hubo dos trasplantes más de donante incompatible -o de “sangre cruzada”-: el segundo fue hace 3 años y el nene falleció por causas neurológi- cas ajenas al trasplante. El tercero, hace un año, está bien y en seguimiento en el Garrahan.
Enrique Pereyra, el papá de Ayelén, sobrevivió al accidente y “como si un círculo se cerrara” -se escuchó en la fiesta- recibió el pedido sorpresa del padre de Abril para que fuera él el que entrara al salón del brazo de la quinceañera, con el tema “Yellow” de Coldplay.
“Él no sabía nada, pero nosotros veníamos pensándolo hacía meses con Abril. Se lo propusimos 5 minutos antes de la fiesta, para que no pudiera negarse. Me dijo ‘ese es tu lugar’ y yo le dije: ‘los dos somos los papás de Abril”, cuenta Sergio Dispenza a Clarín. Minutos después, los “dos papás” llevaron de la mano a Abril hacia la pista a bailar el vals.
La fiesta empezó a las 20.30 con una especie de conferencia de prensa en la entrada del salón de Triunvirato 6385, y duró hasta las 6 de la mañana. “Para todos fue algo mágico”, sigue Sergio, que trabaja como disc jockey y el sábado no pasó música pero sí supervisó que estuviesen todos los temas preferidos de “la gordita” y sus amigos.
“Hay un tema que nos encanta a los dos, ‘Fix you’ de Coldplay, que significa
‘arreglarte’. Fue la cortina del video que pasamos antes de las 00 (Abril cumplió el domingo) y en el que aparecemos todos los que hicimos un poco para ‘arreglarla’. Fue una bomba y terminó con Chris Martin (líder de la banda) mandándole un saludo.”
Horacio Vogelfang, jefe del equipo de Trasplante Cardíaco que logró que no hubiera rechazo del corazón pese a que las bebas tenían distinto grupo sanguíneo, también estuvo presente el sábado como “un héroe”. Fue también el que logró que la adolescente conociera, casi a solas, al cantante de la canción con la que apareció frente a los 170 invitados.
“Vogelfang no deja de darnos sorpresas. En la última visita de Coldplay al país me llama y me dice: ‘Conocés a tal,
bueno, no quiere ningún tipo de prensa y viene al Garrahan a estar con los chicos. ¿A Abril le interesaría conocerlo?’”, relata Sergio, aún sorprendido. Gracias a que la hija del médico trabaja en una importante productora de música, esta vez la emocionó con un afectuoso saludo en español de Martin durante la fiesta.
“Contratamos para uno de los shows al cantante de hip hop Emanero. Abril es fanática. Se volvió loca cuando lo vio y se puso a rapear dos canciones
con él. Todos los siguieron. Fue tremendo”.
La historia de “la beba de la que habló el país” comenzó apenas entró en la lista de emergencia nacional del Incucai. Ese día, el entonces presidente Néstor Kirchner pidió un donante para Abril y su ministro de Salud, Ginés González García acompañó a Sergio en el hospital. El sábado, Ginés también participó de la fiesta, al igual que otros médicos del Garrahan y del Incucai.
Los padres de Abril se separaron hace 10 años. De lunes a jueves vive con Sergio y de jueves a lunes con su mamá, Carolina. La excelente relación que supieron mantener, quizás forjada por lo que vivieron tras el adenovirus que le provocó una gravísima cardiopatía a la beba a los pocos meses de nacer, hizo que esta fiesta de 15 también se convirtiera en una “cadena de amor”.