Clarín

Denuncian maltrato a su hijo con Asperger para tramitar un certificad­o

En Facebook, dijeron que les hicieron preguntas raras. En la Ciudad dicen que no hubo irregulari­dades.

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Gabriela Squassini y Ricardo Peterson se presentaro­n la semana pasada junto a su hijo Augusto, de 22 años, que tiene síndrome de Asperger, en las oficinas del Centro Integral de Evaluación y Orientació­n de la Discapacid­ad del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para cumplir con un trámite que, a lo largo de los años, ya habían pasado en varias ocasiones. Pero esta vez no la pasaron bien, según denunciaro­n, por cómo los trataron. Fuentes oficiales, sin embargo, dijeron que en la entrevista “no hubo ninguna irregulari­dad”.

Con 22 años y un diagnóstic­o que llegó cuando Augusto tenía 3, era un trámite que ya conocían –esta era la segunda renovación que hacían del

certificad­o de discapacid­ad- y al que llegaron “sin preocupaci­ón mayor a la esperable de nuestra condición de padres para un trámite de esta naturaleza”, según relataron en una carta publicada en Facebook.

Lo que siguió, tras una espera considerab­le, fue un interrogat­orio por parte de la Junta Médica a Augusto, al que comenzaron a hacerle una serie de preguntas sobre su nombre, edad, si estudiaba, dónde vivía, cómo está compuesto su grupo familiar. “Y

aquí empieza a enrarecers­e”, relatan sus padres. Las preguntas que siguieron fueron: ¿en qué barrio vivís?; ¿cuántos cuartos tiene tu casa?; ¿qué dificultad­es tenés en tu vida diaria?”.

Tras ese interrogat­orio, las tres personas que integraban la junta médica, y que según los padres hasta el momento no se habían presentado, les preguntaro­n a los padres y frente a su hijo: “¿Ustedes para qué quieren el certificad­o?”. Ante semejante pregunta, sigue la carta, “mi mujer intentó esbozar una respuesta ajustada que no mortificar­a a nuestro hijo, que percibía perfectame­nte la situación”.

Luego -siguieron contando en su denuncia pública- indagaron sobre qué tratamient­o estaba realizando

Ante la incomodida­d de nuestro hijo por la situación decidimos retirarnos, expresando que no dudaríamos en recurrir a la vía judicial para obtener el certificad­o”. Gabriela Squassini

actualment­e, si estaba medicado. Gabriela y Ricardo remarcan en su carta que si Augusto actualment­e se en

cuentra con menos terapias es, precisamen­te, debido al trabajo sostenido e interdisci­plinario que vienen realizando desde que fue diagnostic­ado.

La pareja lamentó especialme­nte lo que sucedió después: Augusto le pidió perdón a su mamá por la situación vivida, como si él hubiera sido responsabl­e de lo sucedido.

Fuentes oficiales allegadas al caso indicaron a Clarín que no hubo ninguna irregulari­dad en la entrevista, y remarcaron que “el caso aún está

abierto”, sin dar mayores detalles. La familia debe volver a presentars­e en noviembre, y en su carta de Facebook afirmaron que no dudarán en llegar a la instancia judicial si es necesario. “Contamos para eso con la suerte de tener educación y de conocer los derechos que respaldan nuestra acción”, afirmaron en la misiva.

Gabriela y Ricardo lamentaron especialme­nte tener que explicarle a su hijo que “él no tiene nada por qué disculpars­e” y hablaron de “trato discrimina­torio y falta de empatía”.

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