Como era complicado por abajo, el triunfo de Huracán llegó por arriba
Fue difícil jugar al ras del piso. El local pegó justo y manejó el ritmo ante un rival confundido.
Huracán no brilló pero dio el primer paso de su primer objetivo que es hacerse fuerte de local. Anoche, sumó de a tres en Parque Patricios al ganarle 1-0 a Newell’s en su primer partido en esa condición en la Superliga. Así se recuperó de la derrota contra Independiente y ratificó lo que hizo la semana pasada cuando derrotó a Colón y avanzó de ronda en la Copa Argentina. Con la victoria, además, le puso un broche a los festejos por el 70 aniversario de la inauguración del Tomás Adolfo Ducó, que no lució como en sus mejores momentos.
Por su construcción majestuosa para la época, el estadio de Huracán, inaugurado un 7 de septiembre de 1947, en un partido en el que el Globo venció a Boca 4 a 3, le empezaron a decir palacio. Pero siete décadas después el piso de esa enorme mole de cemento estuvo lejos de brillar. Los seis recitales (el 29 de julio y el 2,5, 9, 26 y 30 de agosto) de La Renga, la banda de rock más convocante del país, dejaron su mella y el campo de juego quedó muy poceado y raleado. Para colmo, las intensas lluvias del fin de semana atentaron con el trabajo a contrarreloj de toda la semana de los empleados del club. La franja de la platea Miravé fue la más afectada. No fue casual. Allí estuvo ubicado el escenario de la banda. Y en el césped había pozos en forma de pisadas a pesar de que se utilizaron protectores de plástico para tapar el césped.
Y el pésimo estado del campo de juego atentó, lógicamente, con el juego. Hubo evidencias que lo demostraron. Una de ellas la lesión de Mauro Bogado, quien debió irse en el primer tiempo. Otra, una pifia de Wanchope Abila a quien le picó mal la pelota cuando intentó definir de zurda. Ante esta situación, el partido estaba por arriba. Y ahí sacó ventaja el equipo de Gustavo Alfaro, apelando a la táctica que más identifica a su entrenador: hacer padecer al rival por la vía aérea. Un preciso -y precioso- centro de Romero Gamarra y el cabezazo de Pussetto, le dieron la ventaja al local cuando el primer tiempo expiraba. El gol fue un premio a la búsqueda de Huracán, esa que se intensificó y creció a partir del ingreso de Patricio Toranzo, el mejor de la cancha.
El propio Pussetto tuvo la posibilidad del segundo gol, también, de cabeza en el inicio del complemento pero Pocrnjic lo impidió. El arquero de Newell’s volvió a lucirse para sacar un nuevo cabezazo (esta vez de Coniglio) luego de otro buen centro de Romero Gamarra.
¿ Y Newell’s? Tuvo la chance de arrancar ganando pero un remate de Leal, cuando el encuentro recién iniciaba, se fue cerca del segundo palo. Y, también, la de empatar. Sin embargo, el disparo de Joaquín Torres (el mejor de la visita) dio en el travesaño mientras Marcos Díaz miraba. No pudo hacer mucho más. Por sus falencias y porque, aún, es un equipo muy liviano.