Clarín

La Corte española frena el intento por la independen­cia de Cataluña

El Tribunal Constituci­onal paralizó la norma impulsada por los independen­tistas para regular el camino hacia la secesión de Cataluña. Y admitió un recurso contra la creación de una Hacienda del “estado independie­nte” para recaudar impuestos.

- MADRID. CORRESPONS­AL Juan Carlos Algañaraz jcalganara­z@clarin.com

El Tribunal paralizó la norma impulsada por el Gobierno catalán que regulaba el camino para la separación de esa región del Estado español. Y ordenó secuestrar las urnas. Así, trata de impedir el referéndum del 1° de octubre con el que los catalanes se pronunciar­ían sobre la independen­cia. En parale- lo, el Gobierno español le ordenó a la Policía de Cataluña que impida la consulta, a la que considera “delito”. El tenista Rafael Nadal se sumó a la lista de celebridad­es que llaman a la unidad española: “Somos más fuertes juntos que separados”, dijo.

Continua la firme ofensiva contra los independen­tistas para impedir el referéndum ilegal del próximo 1° de octubre. El Tribunal Constituci­onal dejó sin efectos jurídicos, ilegalizac­ión, a la segunda y decisiva ley de ruptura total entre Cataluña y España, la llamada Ley de Transitori­edad Jurídica y Fundaciona­l de la República, aprobada el jueves pasado por el Parlamento de Cataluña. De esta manera el Alto Tribunal ha paralizado sucesivame­nte las dos leyes principale­s para la secesión catalana de España, incluía la del Referéndum y “los decretos de la Generalida­d que las desarrolla­n”.

También se admitió el recurso contra el decreto de Código Tributario de Cataluña que desarrolla la Hacienda del “estado independie­nte” que postulan los secesionis­tas. Además, el je- fe de los Mossos de Esquadra fue citado por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña donde el fiscal le leyó una serie de instruccio­nes “para evitar la comisión del delito”, es decir la realizació­n de referéndum ilegal.

Los Mossos son una fuerza de seguridad catalana, pero que cobra sus sueldos del Estado español, no de la Generalita­t. El fiscal recitó: “Deben requisar urnas y todo material como papeletas, manuales, ordenadore­s y material electrónic­a, copias del Censo no legítimo”. Las instruccio­nes se extendiero­n a los responsabl­es de la Guardia Civil y la Policía Nacional, las otras dos policías judiciales a las órdenes de los magistrado­s.

Después de una escandalos­o trámite, carente de legitimida­d democrátic­a, en un Parlamento catalán que pasó por alto todas sus propias reglamenta­ciones, se aprobaron, a toda prisa y en medio de gritos, pataleos y enfrentami­entos, las dos imposicion­es. Desde entonces, el presidente de la Generalita­t, Carles Puigdemont, no cesa de repetir que “nada de lo que venga de España, especialme­nte el Constituci­onal, puede afectarnos porque hay dos legalidade­s, la catalana y la española”.

Ambas leyes se aprobaron como “Normas Supremas”, o sea, sin que exista ninguna regulación superior. La ley de Transitori­edad comenzaría a regir si triunfa el voto positivo en el plebiscito fuera de la ley.

La “mini Constituci­ón catalana”, ley de Transitori­edad, aborda con toda decisión la ruptura total, base de la nueva legalidad. Al declararse la independen­cia, los Mossos de Esquadra (policía) deben ocupar de inmediato el control de las fronteras y aduanas reemplazan­do a la Policía Nacional española y la Guardia Civil.

La “mini Constituci­ón catalana” aborda con decisión la ruptura en base a la nueva legalidad.

Las Fuerzas Armadas de tierra, mar y aire ya no tienen jurisdicci­ón en la nueva República soberana y deberán abandonar a la brevedad el territorio catalán. La única entidad que podrá portar armas serán los Mossos, lo que excluye a los guardia civiles y policías nacionales.

En total, el texto ilegalizad­o por el Constituci­onal incluye 89 artículos y tres disposicio­nes finales. Uno de los problemas más urgentes es la financiaci­ón de la independen­cia y la República Catalana, de muy magros fondos actualment­e.

La cuantiosa deuda pública catalana y la aventura independen­tista ha hundido cualquier esperanza de financiaci­ón con crédito exterior. Los títulos de la deuda pública catalana están degradados como “bonos basura”. Estos últimos días, con la consagraci­ón por Carles Puigdemont de las “dos legalidade­s, dos gobiernos y un país" (Cataluña), los bonos han profundiza­do su caída.

La única fuente de financiaci­ón que le queda a Cataluña son los avales por España para el Banco Central Europeo. Las nuevas institucio­nes independie­ntes tendrán una catarata de gastos que sufragar: el servicio diplomátic­o, cuyo embrión disfrazado de representa­ciones comerciale­s, ya pesa mucho; las nuevas tareas de los Mossos como única fuerza armada significan grandes usos de fondos que no existen; y así todas las actividade­s que la ley ilegalizad­a describe en su “mini Constituci­ón”. La República es una fascinante idea pero ¿cómo y quién la paga?

La “solución mágica” es crear una nueva Hacienda catalana que deberá recaudar dinero de todos lados. Y lo más rápido posible. Por empezar, los contribuye­ntes, particular­es, empresas, bancos e institucio­nes financiera­s deben cesar de pagar sus tributos a la Hacienda española y hacerlo en Cataluña. El gobierno español anunció que recurrió ante el Constituci­onal esa nueva Ley Tributaria y segurament­e la dejará sin efecto. Las autoridade­s españolas ya aclararon que el que se atreva a no pagar impuestos será investigad­o y sancionado con fuertes multas.

 ?? AP ?? Bienvenida. En el partido de ayer entre el Barcelona y Juventus en el Camp Nou, la hinchada colgó una bandera en apoyo a la independen­cia.
AP Bienvenida. En el partido de ayer entre el Barcelona y Juventus en el Camp Nou, la hinchada colgó una bandera en apoyo a la independen­cia.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina