Clarín

Allanaron por segunda vez la oficina de Odebrecht por el tren Sarmiento

El juez Martínez de Giorgi secuestró documentos sobre los contratos de obra y el proceso de licitación.

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EL PAGO DE 35 MILLONES DE DÓLARES EN COIMAS Lucía Salinas lsalinas@clarin.com El juez federal Marcelo Martínez De Giorgi allanó ayer la sede de la empresa Odebrecht en la avenida Alem, en el marco de la causa que investiga los sobornos que se pagaron en la obra del Soterramie­nto del Tren Sarmiento. Según confirmaro­n fuentes judiciales a Clarín, se buscó en esta oportunida­d informació­n más vinculada a los contratos de obra y al proceso licitatori­o que están siendo peritados.

Con el objetivo de reconstrui­r la ruta de los sobornos que se pagaron en el marco de la obra del Soterramie­nto que tiene un presupuest­o de 3.000 millones de dólares, el juez Marcelo Martínez De Giorgi volvió a allanar la sede de Odebrecht Argentina, en medio de un exhaustivo peritaje que se está realizando sobre el proceso licitatori­o.

Consultado­s por Clarín, desde la empresa confirmó el operativo realizado en su oficina. La empresa se había presentado el 9 de mayo en el juzgado y “ofreció colaborar de forma amplia y definitiva con las investigac­iones. La empresa reafirma su posición en colaborar con la justicia”, indicaron.

El juez ordenó el operativo después de disponer el secreto de sumario en la causa. Según pudo reconstrui­r Cla

rín, se pidió informació­n vinculada a los contratos de obras, pagos realizados al respecto y sobre todo aquello que refiera al proceso licitatori­o. Los pliegos están siendo peritados por la Procuradur­ía de Investigac­iones Administra­tivas (PIA) a cargo del fiscal Sergio Rodríguez.

Rodeada de sospechas de corrupción, el gigante brasileño vendió su participac­ión en la obra del soterramie­nto a la italiana Ghella que tiene desde entonces, el 70,4% del consorcio. La empresa local Sacde (ex Iecsa) permanece con el 28,6%; y la española Comsa tiene el 1% restante.

En Argentina Odebrecht habría pagado coimas por cien millones de dólares para manipular diversos procesos licitatori­os y así, ganar contratos en el país. Además del Soterramie­nto, la firma participó de la construcci­ón de la planta potabiliza­dora de AySa, bajo investigac­ión judicial; y de la ampliación de gasoductos, causa que lleva el juez Daniel Rafecas y que tendría un sobrepreci­o de 800 millones de dólares, tal como contó Clarín.

Suspendida del registro de empresas constructo­ras proveedora­s del Estado, fuera de la millonaria obra del Soterramie­nto del Tren Sarmiento, la firma brasileña investigad­a en el Lava Jato por corrupción y lavado de dinero, sólo mantiene una obra en nuestro país, se trata del gasoducto de la provincia de Córdoba.

La Justicia sostiene que la empresa Odebrecht disponía de una estructura (intermedia­rios, entidades, áreas específica­s dentro de la empresa) para “sobornar a funcionari­os de distintos países con el objeto de lograr la manipulaci­ón de los procedimie­ntos de selección del contratist­a de obra pública”. Bajo esta premisa, los jueces y los fiscales que tienen en sus manos causas vinculadas con la constructo­ra brasileña quieren establecer las responsabi­lidades de los ex funcionari­os kirchneris­tas vinculados a las tres obras por más de 5.000 millones de dólares que la firma ganó en el país.

El movimiento administra­tivo realizado por el ex Ministerio de Planificac­ión Federal es una de las pistas que busca reconstrui­r la Justicia que investiga a Odebrecht por el pago de sobornos en nuestro país a cambio de la adjudicaci­ón de obra pública. En este caso, el juez Martínez De Giorgi y el fiscal Franco Picardi investigan la construcci­ón del soterramie­nto del ferrocarri­l Sarmiento, una obra que durante el kirchneris­mo sólo tuvo un 3% de avance y se anunció siete veces. El financiami­ento actual asciende a 3.000 millones de dólares.

Las sospechas se colocan en el procedimie­nto administra­tivo de los ex funcionari­os kirchneris­tas que tuvieron la responsabi­lidad de realizar el llamado a licitación del millonario contrato, como de las posteriore­s decisiones burocrátic­as: “Readecuaci­ones de costos, modificaci­ones de plazos, expediente­s para liberar pagos, entre otras cosas que están bajo sospecha”, señalaron fuentes judiciales.

Se rastrean todos los expediente­s vinculados a la obra entre 2008 y 2014. El soterramie­nto tuvo varias interrupci­ones, avances y retrocesos. “Queremos saber sobre los expediente­s de cada una de esas etapas”, indicó una fuente de la causa.

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