La mujer que mató al novio convive con 13 presas, a la espera de ver a sus hijos
Pasó la noche alterada y llorando. Los chicos quedaron al cuidado de su ex marido, un conocido empresario.
Julieta Silva, la mendocina de 29 años que el sábado atropelló y mató a Genaro Fortunato, su novio de 25, pasó su primera noche en el penal de San Rafael un poco alterada y llorando. La mujer ingresó a las 9.30 de ayer y el primer paso fue responder una encuesta psicológica.
Luego le explicaron cómo funciona el sistema carcelario, con sus horarios y reglas, y más tarde se sometió a una revisión médica para constatar que entraba en perfecto estado de sa- lud. Entonces sí, un poco más calmada, ingresó a su celda.
En la prisión, ubicada a pocas cuadras del centro, sobre avenida Mitre y calle Pampa, en el barrio Pueblo Diamante, hay casi 400 internos, de los cuales sólo 14 son mujeres. Se trata del cuarto complejo penitenciario de la provincia, con una superpoblación del 32%.
Entre las presas está Verónica González, una madre de 36 años que meses atrás asfixió y mató a su hijo de 4 años. Este año, González fue condenada a 20 años de prisión y aislada en una celda individual por el rechazo que generaba en otras presas.
Silva había pedido anteayer la prisión domiciliaria para poder estar con sus hijos de 5 y 10 años, pero se la negaron. Ahora su representante legal empezó los trámites para que los chicos la puedan visitar en la cárcel. Los menores quedaron al cuidado de su ex marido, un conocido empresario del rubro librería de San Rafael.
En sus primeras 24 horas en el penal, Julieta sólo recibió las visitas de su padre, una amiga y de su aboga
da, la defensora oficial Florencia Garciarena.
Silva, jugadora de hockey y dueña de un negocio de venta de indumentaria deportiva, está imputada por “homicidio doblemente agravado por el vínculo y por alevosía” por haber asesinado con el auto al rugbier Genaro Fortunato a la salida de un boliche. Ahora se arriesga ser condenada a una pena de prisión perpetua, que en la práctica representa 35 años de cumplimiento efectivo.
La pelea se originó, al parecer, tras una discusión en un boliche, cuando Silva se enteró de que Fortunato estaba esperando un hijo de otra mujer, Agostina Quiroga, aunque ya no tenía relación con ella. La mamá de la mujer embarazada recordó ayer:, en diálogo con el canal TN: “Fue una relación muy bonita. Genero era una persona muy especial. Para mi hija
es el amor de su vida, el único novio”.
Según la fiscal Andrea Rossi, los hechos se dieron de la siguiente manera: tras atropellar por primera vez a su novio, “la acusada sigue 150 metros (con su auto), gira en U y vuelve por el l carril correspondiente en dirección a la ruta 143. En ese interín que ella vuelve, el chico estaba en el piso reponiéndose y ahí es cuando ella lo atropella”.