El Moderno crece: arranca la obra rumbo al “megamuseo”
Sumará el antiguo edificio del Museo del Cine y tendrá 1.700 metros cuadrados más para las muestras.
La semana que viene cierra el primer piso del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires. Allí, empezará una ambiciosa obra para anexar a su edificio central la estructura que fue sede del Museo del Cine, sobre la calle Defensa. Las fachadas no se tocan, pero el corazón del edificio será renovado. Y, lo más importante, se agregarán 1.700 metros cuadrados a las salas de exposición. La gran apertura: el 7 de julio de 2018. El Moderno pasará a ser una enorme estructura contemporánea -15 mil metros cuadrados en total- y un punto urbano de reunión ineludible.
“Vamos a ofrecer exposiciones más generosas en el número de obras que podemos mostrar, pero también se va a modificar la experiencia del visitante”, adelantó Victoria Noorthoorn, directora del Moderno.
La obra tiene un presupuesto de 62 millones de pesos: 18 llegaron a través del sistema de mecenazgo porteño, tras una solicitud que elevó la Asociación de Amigos de la institución. El resto de los fondos los aportará el Gobierno de la Ciudad y también se prevé una participación menor de donaciones privadas.
El proyecto original, del estudio de arquitectos Manteola, Sánchez Gómez, Santos, Solsona, Sallaberry y Vinson será ejecutado por el Minis- terio de Desarrollo Urbano de la Ciudad, que ya licitó muchos de los trabajos, según se informó.
Pero, ¿cuáles serán las claves de la nueva disposición edilicia? Fundamentalmente, un recorrido más claro -hasta ahora, en algunos espacios resultaba intrincado- y mayores ámbitos de “socialización”. Esos sectores funcionarán como descanso entre distintas muestras o como punto de reunión. Una invitación para seducir a nuevos públicos, siguiendo las tendencias en la museología contemporánea, que busca “amigar” los edificios de las instituciones incluso con el público menos habitué.
En el ingreso actual, en el eje del edificio -se mantendrá una única entrada- habrá una gran café de unos 100 metros cuadrados que se conectará con un patio hacia el fondo de 50 metros. En ese mismo piso, estará la biblioteca del edificio (hoy funciona en una dependencia de la calle Alsina; ahora, tendrá unos 200 metros cuadrados), abierta al público y a los investigadores. La biblioteca, además, contará con un sector especializado en literatura infantil. Muy cerca, la tienda del Moderno triplicará su tamaño actual. En ese inicio se sumarán, a los que ya existen, dos grandes ascensores.
La escalera, que le da identidad a la estructura, se mantendrá. Pero, por el sector del fondo, hacia la calle Defensa, “se generará un itinerario de circulación que unirá de manera natural todas las salas de los distintos pisos”, le contó a este diario el arquitecto Matías Ragonese, que trabaja en el nuevo diseño. En esos fondos y en el extremo derecho, habrá una gran escalera nueva. Ragonese promete que sorprenderá. “Es, en realidad, una combinación de escaleras, con una iluminación propia y muy particular, que va a conectar un piso con otro y guiar en el recorrido; esa escalera formará parte de la propuesta escultórica del museo”, adelantó, con una cuota de misterio.
“La oferta cultural, pasará al doble”, enfatizó Noorthoorn. Si bien la idea es lograr mantener entre cuatro y seis exposiciones simultáneas, la superficie será mucho mayor. En rigor, en el nuevo edificio se construirán tres salas nuevas y dos de ellas se sumarán a otras ya existentes. Así, quedarán tres espacios de exposición con más de 500 metros cuadrados. En total, las salas serán ocho.
Con el primer piso cerrado desde la semana próxima, en noviembre se cerrará la planta baja del Moderno, con la culminación de la muestra que hoy homenajea a Liliana Maresca. Otras salas, sin embargo, permanecerán abiertas. En lo que queda del año, se prevén exposiciones dedicadas a Sergio Avello y Elba Bairon, que pondrán en debate las escenas artísticas de los ‘80 y ‘90 y su contexto político. En mayo del año próximo, el edificio se cerrará por completo rumbo a la gran reinauguración del 7 julio. La reapertura será con una gran megamuestra -se verán 500 obras- en colaboración con el Museum für Moderne Kunst Frankfurt (MMK) de Alemania, que pondrá en diálogo trabajos de artistas clave de Latinoamérica, Europa y Estados Unidos.
Tendrá un café central con patio, una gran biblioteca y se modificará el recorrido.