Te la tengo jurada
No debe haber nada peor para un tipo de armas cargar, acostumbrado a pelear contra terroristas, que hieran a un ser querido. Lo hemos aprendido en infinidad de películas. Y tal vez más, si ese alguien le acaba de decir que sí a una propuesta de casamiento en una playa casi afrodisíaca en la costa de España.
En eso estaba Mitch ( Dylan O’Brien, de Maze Runner) cuando un grupo de terroristas irrumpe en la arena mientras el joven se aprestaba a pedir unos tragos para celebrar el momento. Pero el bartender no llega a preparar nada que a Katrina, la no- via de Mitch, la sorprenden. Bueno, que la matan y el tipo no llega en su auxilio.
La preparación, el entrenamiento físico de Mitch durante meses posteriores, que incluye gimnasio, judo y demás es para enlistarse en el ISIS, porque de eso se trata. Los que mataron a Katrina y a otros tantos inocentes buscan reclutar nuevos agentes, y Mitch se aprende todo para vengarse.
Si ya el título habla a las claras, la yema del asunto se complicará más adelante cuando Mitch termine en un grupo de elite de la CIA, y quede bajo el mando de Stan Hurley (un Michael Keaton que acá, a los 66 años, sí, recurre a todos los tics que le conocemos de Beetlejuice a esta parte.
Asesino: Misión venganza tiene acción sólida, y también mucho pero muchísimo morbo. Habrá escenas de tortura, desde submarino a servicio de manicura sin dejar cutícula. Y un malo estadounidense. En fin, algunas cosas innecesarias, pero aquí está en juego la paz mundial y mucho más, con un artefacto que si explota, cambia el rumbo de la vida a muchos.
Hablando de mucho, lo que abunda es la violencia en la nueva película de Michael Cuesta, el director de
L.I.E. (2001), con la que sorprendió hace demasiado tiempo, y últimamente se venía dedicando a series de TV.
Es probable que Asesino… derive en una saga, así que a prepararse para más sangre y muertes espeluznantes.