Obra pública: confirman los procesamientos de Cristina y de De Vido
Cristina Kirchner quedó más cerca de otro juicio oral en una causa vinculada a Lázaro Báez. Ayer, la Sala I de la Cámara Federal porteña confirmó su procesamiento y los de Julio De Vido, José López, Carlos Kirchner (entre otros ex funcionarios), junto al del empresario K, por asociación ilícita y
defraudación al Estado. Es por el direccionamiento de la obra pública a favor del Grupo Austral.
Los jueces Leopoldo Bruglia y Jorge Ballestero también ratificaron los embargos trabados sobre los principales imputados, por $
10.000 millones a cada uno. Con este escenario, el juez Julián Ercolini podría elevar la causa a juicio oral en octubre, según dijeron fuentes judiciales a Clarín.
El 27 de diciembre de 2016, Ercolini procesó a la ex presidenta y a los otros funcionarios. La decisión incluyó a Báez, considerado "coautor" indispensable de la "matriz de corrupción". Cristina, que ayer consideró “un disparate equiparar un gobierno con una asociación ilícita", está acusada de
formar "parte de una asociación" que funcionó entre 2004-2015, destinada a "cometer delitos para apoderar
se ilegítimamente y de forma deliberada de los fondos asignados a la obra pública vial en Santa Cruz".
El Grupo Austral ganó 52 contratos viales por $ 46.000 millones. Los camaristas plantearon que "las acciones u omisiones" evidencian "como común denominador el beneficio de empresas vinculadas a Lázaro Báez" generando "un perjuicio económico al Estado". Las irregularidades fueron: la presencia de varias constructoras de Báez en una misma licita
ción ofertando por ínfimas diferencias de dinero; la adjudicación de obras por encima de la capacidad técnica del Grupo (podía hacer obras por 72,3 millones de pesos, y le llegaron a otorgar 2.396 millones de pesos).
Entre las anomalías, se denunció la designación de un sólo inspector para controlar 34 obras viales que se realizaban en forma simultánea. Sumado a la poca capacidad de recursos para que Báez cumpla con todas las obras. Se evaluó igual "la celeridad" con la que la empresa ganaba obras y en cuánto tiempo cobraba anticipos: apenas 38 días, contra los 210 que espera cualquier contratista.