Un raro mensaje a un gendarme: “Despegate de lo del piedrazo”
“Despegate de lo del piedrazo”, este es el mensaje de texto que generó preocupación al interior del Ministerio de Seguridad conducido por Patricia Bullrich. La frase surgió del análisis realizado por la Policía Federal de los 120 teléfonos, confiscados por la investigación en agosto, pertenecientes a los miembros de Gendarmería que estuvieron en el área de Cushamen el 1 de agosto, según algu-
nos testigos, el último día que se lo vio a Santiago Maldonado.
El mensaje fue recibido por el celular de uno de los gendarmes desde
el aparato de su novia. La frase por si sola deja amplio margen a las suposiciones pero por ella sola no determina nada, dicen fuentes ministeriales. Esta semana uno de los agentes,
Neri Armando Robledo, unos de los 30 a 40 gendarmes que ingresó a la zona ocupada de Cushamen, confe
só haber lanzado una piedra a la espalda de un militante, pero también relató que la persona encapuchada, pudo cruzar el río por su propio pie.
¿Se refiere el mensaje a ese episodio? Es la gran duda de los investigadores. Una de las hipótesis que crece entre quienes trabajan en la causa, es que el joven pudo haber recibido un golpe letal. Qué aconteció después, es un misterio.
En el voluminoso informe pericial de la policía, entregado ayer a la fiscal subrrogante Silvina Avila, no se incluye la geolocalización de los celulares. Este estudio estará listo más adelante ya que implica un rastreo satelital. Recién en ese momento se podrá saber dónde estaba ubicado cada gendarme en Cushamen y corrobará la posición de los 8 agentes que hasta ahora reconocieron haber estado junto al río. Según fuentes de la investigación, el grueso de los cruces por mensajes entre los gendarmes se vuelca en conversaciones dedicadas a averiguar si “alguien” sabe algo sobre “un piedrazo”.
Una lectura más fina de la declaración interna del comandante segundo del Escuadrón 36 de Esquel, Juan Pablo Escola, revela que, en realidad, él y un grupo de hombres sí pudieron llegar hasta una zona en donde comienza el declive que conduce hacia el río Chubut, mucho más cerca de lo que le aseguró a Clarín, en una entrevista.
El análisis por geolocalización podrá establecer qué gendarmes fueron los que llegaron a ese borde en el que inicia el declive del terreno para desembocar en el agua.