Clarín

De campeones a la B, sin anestesia

La derrota en el Repechaje frente a Kazajistán fue el cierre de un 2017 con muchas negativas. La baja de Del Potro fue la más fuerte, pero no la única. El futuro obliga a pensar un replanteo.

- ASTANA. ENVIADO ESPECIAL Mariano Ryan mryan@clarin.com

Argentina cayó con Kazajistán. Pagó caro la ausencia de Del Potro y de otros jugadores.

Después de 16 temporadas en el grupo Mundial, en un lapso en el que se sufrió con tres finales perdidas pero en el que también se gozó con un título inolvidabl­e en 2016, Argentina volverá a jugar en la zona Americana de la Copa Davis. Un dato que resulta complicado de entender para un tenis que tiene en su actualidad a un reciente semifinali­sta de Flushing Meadows y campeón de un Grand Slam y a siete jugadores entre los 100 mejores tenistas del mundo y que, como si ese puñado de argumentos fueran poco, hace apenas diez meses resultó campeón del mundo ante Croacia. Pero también se trata de una noticia que golpea porque el descenso se concretó contra un país sin historia tenística que además no tiene referentes en el circuito -uno de sus doblistas se reparte entre los circuitos de futures y challenger­s, los torneos de menor relevancia en el circuito de la ATP- y porque el capitán Daniel Or- sanic otra vez no pudo formar el equipo que empezó a tener en mente una vez que la derrota frente a Italia de febrero, en la primera ronda, obligó a pensar en el Repechaje.

La canción de Sui Géneris, que además es todo un himno del rock nacional, dice que “hubo un tiempo que fue hermoso...”. Y para el tenis argentino realmente lo fue ese que transcurri­ó el 27 de noviembre del año pasado, en Zagreb, desde la devolución larga del croata Ivo Karlovic sobre el saque de Federico Delbonis que de- rivó en la conquista de uno de los pocos logros que le faltaba obtener al deporte nacional. O al menos ese tiempo resultó inolvidabl­e por el orgullo que representó tener a la bendita Davis en casa. Aquel día, y frente a Croacia, Argentina levantaba la Ensaladera de Plata en su quinta final, y después de soportar cuatro frustracio­nes por las definicion­es que se perdieron en 1981, 2006, 2009 y 2011.

Pero algo cambió. O mucho, en realidad. Y por más que se mantuvo el discurso de Orsanic de formar un equipo que fuera más allá de los cuatro convocados en cada serie, la realidad fue que en las dos de este año el capitán tuvo que apelar a toda su imaginació­n para definirse. Remontarse al match frente a los italianos queda lejos en el tiempo aunque si se tuvo que llegar a Astana fue porque entonces, en el match jugado en el Parque Sarmiento, ya no contó con Juan Martín Del Potro (todavía no había anunciado públicamen­te su renuncia definitiva a la Davis), Federico Delbonis (entre una lesión y el cansancio mental que le provocó jugar la final se negó a estar), Juan Mónaco (llevaba cuatro meses fuera del circuito y, finalmente, terminó retirándos­e) y Horacio Zeballos (adujo no estar al 100 por ciento físicament­e).

Para el duelo de la capital kazaja el capitán tuvo el “no” primitivo de Del Potro, Leonardo Mayer (ahora sí, a la renuncia del tandilense se sumó la del correntino), Delbonis (tiene una molestia en la cadera), Zeballos (volvió a desechar la convocator­ia aunque esta vez no tuvo molestias físicas) y Carlos Berlocq (privilegió el circuito para jugar un challenger).

Con Del Potro hubo intentos de se- ducción, aunque infructuos­os. Su regreso a la Davis en 2016 fue tras un proceso de intensas negociacio­nes y charlas por parte de la dirigencia con el entorno del jugador (y él mismo) en la que también tuvo una especial participac­ión Orsanic, quien no dudó en acompañarl­o en el circuito cuando el tandilense se lo pidió este año para jugar en Delray Beach, Indian Wells y Miami, cuando el reciente semifinali­sta en el US Open aún no tenía entrenador. “Lo que buscamos es tratar de acompañar lo que sea beneficios­o para el tenis argentino y Juan Martín es el estandarte de nuestro tenis. Y si él necesita de nosotros, debemos apoyarlo”, explicó en aquel momento Orsanic. La decisión de ayudarlo se entendió tambien como otro gesto de seducción de la AAT hacia el tandilense para retenerlo en el equipo, algo que fracasó.

Entonces, vale la pregunta: ¿sigue siendo un equipo el de la Davis más allá de los nominados en cada match o algunos jugadores, como marca la historia de nuestro tenis, siguen privilegia­ndo sus cuestiones personales a las del grupo? En 2017 prevaleció la segunda opción y esa seguridad en la opinión subjetiva la ratificó la palabra de Schwartzma­n cuando dijo que “todos podríamos haber hecho las cosas mejor dentro y fuera de la cancha: los que estuvimos acá y la gente que no vino” y cuando de inmediato le contestó a Clarín:

-Entonces, ¿es posible tener un equipo de la Davis?

-La Davis es muy distinta. Hay muchos jugadores que se van haciendo grandes, ya la jugaron y optan por otra cosa porque no quieren pasar

más por este tipo de situacione­s. Cada jugador tiene sus intereses y cada uno decide si quiere estar o no. Yo siempre tengo ganas de estar y a pesar de haber perdido hoy quiero seguir viniendo a la Davis porque quiero seguir mejorando.

Hay que remontarse a abril de 2001 para encontrar el último desafío de Argentina en la zona Americana. Fue cuando un equipo integrado por Franco Squillari, Gastón Gaudio, Mariano Puerta y Agustín Calleri, y capitanead­o por Franco Davin superó a Canadá en el Córdoba Lawn Tennis y esa victoria por 5-0 le dio la chance de definir el ascenso frente a Bielorrusi­a, también en Córdoba, meses más tarde. En la misma situación estará Argentina en 2018. Una Argentina que repite la experienci­a que sufrieron Francia en 1997 y Suecia en 1999. No se trata de una tragedia, por supuesto. Apenas es el descenso la consecuenc­ia de un resultado deportivo. ¿Pudo haberse evitado? Difícil saberlo aunque segurament­e algunos protagonis­tas pudieron haber hecho bastante más para no llegar a una situación tan insólita como triste para el presente del tenis nacional.

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PRENSA COPA DAVIS Impotencia. Diego Schwartzma­n descarga su bronca en la raqueta. Perdió el cuarto punto frente a Mikhail Kukushkin, héroe del fin de semana al ganar dos puntos.
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Schwartzma­n. Perdió el cuarto punto.

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