Clarín

Confirman la doble fractura de un gendarme el día del operativo

- Claudio Andrade, Esquel

El primer alférez Emmanuel Echazú, del Escuadrón 36 de Esquel de Gendarmerí­a Nacional, fue parte del reducido grupo de gendarmes que alcanzó el río el 1 de agosto pasado. Desde el principio, la Justicia Federal mantuvo sus sospechas sobre él porque había recibido una pedrada que, a juicio de la investigac­ión, pudo influir en su conducta y hacerlo más proclive a una reacción violenta. Echazú, además, fue quien redactó el acta de los eventos del día. Durante el operativo en Cushamen aquel día en que se vio por última vez a Santiago Maldonado, Echazú sufrió un impacto y, en la versión de la fuer

za, tuvo como consecuenc­ias dos fracturas en su rostro. Ayer el defensor oficial, Fernando Machado, había puesto en duda que el cabo haya sido víctima de un golpe con una piedra lanzada con una boleadora.

Machado dejó entender que la lastimadur­a sangrante, que se observa en su rostro en los registros fotográfic­os, pudo ocurrir durante una lucha cuerpo a cuerpo entre el agente y uno de los militantes. La nueva acusación lo puso otra vez al gendarme en el centro de las hipótesis por la desaparici­ón de Santiago Maldonado. “La lastimadur­a de Echazú es du-

doso que sea por una pedrada. Así lo reflejan algunos testigos, no es algo certero”, afirmó el defensor. “Uno de los testigos manifiesta que cuando lo ve a Echazú antes de que lo atendiera el enfermero, Echazú venía del lado de la orilla del río y tenía una suerte de raspón”, agregó. Con esto la duda queda sembrada. ¿Tenía un rasguño

o una fractura? La diferencia­ción es clave en este punto de la investigac­ión.

De acuerdo a un examen realizado en el centro de diagnóstic­o por imágenes ESBAR de Esquel, al que tuvo acceso Clarín, Echazú presenta: “Fractura del arco medial del arco cigomático derecho, con leve desplazami­ento de las partes óseas. Fractura distal de la silla turca a nivel orbitario externo, con fragmento libre.

Burbuja aérica en ojo derecho (entre párpado y globo ocular). Cráneo sin lesiones evidentes de origen traumático. No se evidencian hematomas ni focos edemáticos del tejido cerebral. Línea media sin desviacion­es patológica­s”. En otras palabras, doble fractura

en el rostro. Por otro lado, también existen más documentos que confirman la lesión. Uno es el certificad­o médico con el sello de un profesiona­l del Hospital Zonal de la localidad. Otro es el formulario correspond­iente de la ART que acredita las circunstan­cias en que ocurrió. Finalmente, el Certificad­o Médico laboral indica: “Carácter de la Lesión: Grave. Tiempo Probable de Curación: Indetermin­ado”. w

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