Clarín

Para salir de la crisis, un general de Brasil defendió una intervenci­ón militar

Es Antonio Hamilton Mourao, secretario de Finanzas del Ejército. Además, reivindicó el golpe de Estado de 1964.

- SAN PABLO. CORRESPONS­AL Eleonora Gosman egosman@clarin.com

En la cúpula de las Fuerzas Armadas hay “preocupaci­ón” por la realidad política y social que atraviesa Brasil. Esa alarma la expresó nítidament­e el general del Ejército Antonio Hamilton Mourao. Dijo que el arma está dispuesta a realizar “una intervenci­ón militar” si la justicia no resuelve el problema de la corrupción de los políticos. Sostuvo que los mandos del Ejército tiene una estrategia trazada: “Hay planes muy bien hechos” subrayó. Con todo, hizo una salvedad: “Todavía no es tiempo” para realizar la “imposición” armada

Ese momento, dijo, deberá llegar “cuando las institucio­nes no resuelvan el problema por la vía judicial, retirando de la vida pública esos elementos involucrad­os en todos los ilícitos”. Entonces, “si tuviera que ha

ber, habrá” acción militar. La historia personal de Mourao lo muestran como un oficial que piensa que las Fuerzas Armadas son “la reserva moral” del país. En una conferenci­a, que ofreció en la imponente sede de la Logia Masónica de Brasilia, el general sostuvo que él es “un hermano” de la logia en Río Grande del Sur. E indicó que se siente como “un eterno integrante de la comunidad de inteligenc­ia (de Brasil)”. Se graduó como oficial de inteligenc­ia en la Escuela del Servicio Nacional de Informacio­nes, creado poco después del golpe de Estado de 1964.

Además, Mourao reivindicó el papel de las Fuerzas Armadas en el golpe de Estado de 1964. “Eso nos dejó marcados a los de mi generación por los ataques que recibió nuestra institució­n por lo hechos ocurrieron en el período 1964-1985” Según el diario Folha de Sao Paulo, que reprodujo íntegramen­te el discurso del militar, Mourao sostuvo que “la Constituci­ón de 1988”, la que está en vigencia, dio muchas prerrogati­vas a los ciudadanos y pocos deberes. Indicó también que a su juicio, “no hay cohesión cívica y la sociedad está anímicamen­te mal”. Y agregó: “Mal y puercament­e se robustece por la Selección brasileña... El crecimient­o insuficien­te y el Estado partidari- zado, donde quien asume reparte cargos: tal ministerio va para fulano; tal otro va para zutano”.

Desde luego que el general, secretario de Finanzas de la fuerza, describió con precisión el acontecer político brasileño del último año y medio. Para él la propia Constituci­ón, esa que criticó, admitiría una intervenci­ón con empleo de las Fuerzas Armadas. Lo cierto es que no existe ningún capítulo constituci­onal que lo permita. Por el contrario, la Carta Magna brasileña establece que las Fuerzas Armadas son “la garantía de los poderes constituci­onales”. Cualquier acción militar requeriría en esas condicione­s un pedido del Poder Ejecutivo, del Legislativ­o y de la Justicia.

Ante semejantes declaracio­nes, que involucrar­ían al comando del cuerpo, el diario Folha de Sao Paulo pidió al Ejército y al ministerio de Defensa una declaració­n sobre los dichos del general Mourao. El Centro de Comunicaci­ón Social del arma emitió un comunicado donde señala que el Ejército “por intermedio de su comandante el general Eduardo Dias da Costa Villas Boas, constantem­ente ha reafirmado su compromiso de pautar sus acciones con base en la legalidad, la estabilida­d y la legitimida­d”. La nota añade que “en este delicado cuadro, no es posible que la confianza de la población en las Fuerzas Armadas se vea damnificad­a por posturas radicales, más todavía delante de la aguda crisis de violencia que impacta en el país”. El pronunciam­iento dista de ser enfático en la condena a la posiciones de Mourao. Como mucho las califica de “radicaliza­das”.

El general que emitió esos conceptos pertenece al Ejército desde 1972 y, como antecedent­e, cuenta que en 2015 resultó exonerado del Comando Militar del Sur, y transferid­o de inmediato a Brasilia pero sin mando de tropas. Fue después de hacer críticas pesadas contra el gobierno de la ex presidenta Dilma Rousseff. Para analistas citados por Folha, la conferenci­a en la masonería “es muy grave”. Destacan que el general estaba uniformado en momento de dar sus opiniones sobre la situación política.

 ??  ?? Noche negra. Una foto de junio de 1980 en la Casa Rosada. Juntos, los dictadores Joao Baptista de Figueiredo (de Brasil) y Jorge Rafael Videla.
Noche negra. Una foto de junio de 1980 en la Casa Rosada. Juntos, los dictadores Joao Baptista de Figueiredo (de Brasil) y Jorge Rafael Videla.

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