Clarín

Crimen del rugbier: ambos estaban alcoholiza­dos

Una pericia confirmó que Genaro Fortunato tenía 1,8 gramo de alcohol en sangre y Julieta Silva, 0,8.

- MENDOZA. CORRESPONS­AL Roxana Badaloni mendoza@clarin.com

La fiscal de San Rafael que investiga la muerte del rugbier Genaro Fortunato (25), atropellad­o por su novia Julieta Silva (29), recibió los resultados de los estudios toxicológi­cos de la víctima y la acusada de asesinato. Con estos datos intentará reconstrui­r cómo se llegó al fatal desenlace: ahora se sabe que la pareja había bebido en

exceso, pero Genaro había tomado más alcohol que su novia.

La informació­n oficial difundida ayer por la Procuració­n mendocina y que posee la fiscal Andrea Rossi afirma que el examen toxicológi­co a la mujer dio “un 0,8 de alcohol en sangre”, esto es, 0,3 gramo más que el límite de 0,5 para conducir. En el caso del rugbier tenía 1,8 gramo. “La pericia toxicológi­ca de Fortunato arrojó que al momento del accidente se encontraba con 1,8 gramo de alcohol en sangre”, señaló el informe. Esto es, 3,6 veces más de los 0,5 permitidos para conducir. Según la versión de la defensa de la mujer, Fortunato iba a manejar el auto, pero él se bajó y por eso ella se subió al asiento del conductor, sin tener sus lentes. La defensa insistirá en que la novia tiene astigmatis­mo, debe usar lentes y la noche en que lo atropelló no los llevaba. “No quise pisarlo. No lo ví”, declaró Julieta en la Justicia.

Una novedad trascendió ayer en la investigac­ión. Apareció un nuevo testigo, quien asegura haber visto el momento en el que Silva arrolló al rugbier. La informació­n partió de la querella de la familia Fortunato. Este testigo, un odontólogo, dijo que estaba en el estacionam­iento del boliche La Mona. Detalló que, sentado en el asiento trasero del auto de un amigo, vio el momento en que Silva dejó a su novio tirado en el piso, hizo 150 metros, giró en U, regresó y pisó a Fortunato. “Calculo que venía a 60 km por hora. A todo esto había una persona tirada en la calle y yo pensé que iba a frenar. Pero no frenó, pasó por encima de la persona que estaba ti- rada”, dijo el nuevo testigo según publicó el medio sanrafaeli­no Sitio Andino. Este testigo dijo que llamó al 911 para avisar de lo ocurrido, que estaba a 60 metros del sitio en el que el joven fue arrollado, pero que no se bajó del auto y, junto a sus amigos, abandonó el lugar.

La Fiscalía confirmó también que el joven rugbier murió por aplastamie­nto de cabeza y cráneo.

“La reconstruc­ción del hecho no tiene fecha asignada, ya que se debe esperar el informe final de la pericia mecánica”, informó la Procuració­n.

El jugador del club Belgrano que fue asesinado en la madrugada del sábado 9 de septiembre, había comenzado hace poco tiempo una relación con Silva, jugadora de hockey, recién separada y mamá de dos chicos. Una amiga de él contó que tenían una relación “enfermiza y violenta”, que “terminó como empezó”. La fiscal Rossi imputó a la mujer por “homicidio doblemente agravado por el vínculo y por alevosía”, que arriesga una condena a prisión perpetua. La acusada está en la penitencia­ría de San Rafael, aislada en una celda y bajo un estricto control de seguridad para resguardar su integridad.

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