Un padre y una maestra: dos miradas a la toma de colegios
• Como padre mando a mi hija a estudiar, no a que tomen un colegio. La Escuela Juan Pedro Esnaola es una escuela que se consideraba modelo. Una escuela cuida a sus alumnos, y yo siempre confié en la escuela pública. Esto de la toma de la escuela es una vergüenza, yo no mando a mi hija a que hagan política con los alumnos, y eso es lo que están haciendo ustedes, los maestros, profesores. El trasfondo de esto no es más que política y beneficio de ustedes, poniendo a nuestros hijos al frente de lo que ustedes no pueden representar ni siquiera defender los derechos de los alumnos. Tienen miedo de que les quiten horas de trabajo a los maestros, que es dinero, pero no se trata de dinero ni de embanderarse, se trata de nuestros hijos en los cuales hemos confiado en ponerlos a su disposición. Y seguramente las sanciones serán para nuestros hijos y no hacia ustedes, los mayores. Me van a hablar de la “escuela del futuro” y de las pasantías, pero todos sabemos que no se van a hacer.
Adrián Arévalo adrianarevalo34@yahoo.com.ar
• En el contexto de las escuelas tomadas, políticamente quiero como docente expresar mi orgullo por esas escuelas tomadas por el compromiso con la educación misma, como la Escuela Minas, “Doctor Horacio Carrillo”; Escuela Domiciliaria N° 1 y Hospitalaria N° 1 y la Escuela Tekoa Fortín Mbororé, de Misiones. Es esperan- zador el trabajo de sus docentes, la educación es esperanzadora e imprescindible y su vara debe estar elevada de toda miseria para justamente superarla. Los proyectos educativos llevados a cabo son una toma de conciencia que no excluye a la política, finalmente necesaria si no la aplica a las necesidades reales de la sociedad. Mis respetos a esos docentes comprometidos, sólo con la educación.
Liliana Forgione lial.09@hotmail.com