Ríndete, Los Ángeles: llegó el arte latino
Con más de setenta exposiciones a la vez, la creación histórica y contemporánea de latinoamericanos y migrantes se instala en la vidriera del arte internacional. Y lo cuestiona todo.
La pintura del cadáver de Eva Perón sosteniendo sobre su panza una esfera de vidrio: dentro de la esfera, una réplica de la República de los Niños de Gonnet, en La Plata. Tal como si Eva estuviera embarazada y la esfe- ra contuviera a la pequeña ciudad como un hijo. Lleva escrita la leyenda "Eva concibe la República de los Niños" (en la que dicen Disney se inspiró para crear Disneylandia): esta es la obra del artista Daniel Santoro.
Cerca, una Blancanieves seria, con los ojos cerrados, tomando cuerpo en una escultura de plastilina, posa, maldice o reza frente a una liebre muerta con el estómago abierto: es el trabajo del grupo de artistas Mondongo (integrado por Manuel Mendanha y Juliana Laffitte). Gauchos caricaturescos de dientes enormes dibujados entre los años 30 y 40 por el artista Florencio Molina Campos (quien trabajó con Walt Disney), un Mickey Mouse riéndose al lado del Che Guevara (obra de la artista Liliana Porter) y las impactantes fotografías de Claudio Larrea, mostrando el lado fantástico de la República de los Niños de La Plata (inaugurada por Perón en 1951), todos estos trabajos fueron realizados por artistas de América latina y hablan de una visión crítica del sueño americano, encarnada en el Pato Donald (acá se llama “Pato Pascual”) y en Mickey Mouse.
Todas estas obras son parte de la muestra Cómo comprender al Pato Pascual: el Disney latinoamericano y Latinoamérica en Disney, una de las exposiciones comprendidas en una movida gigantesca que está ocurriendo en California. Usando como centro de acción la ciudad de Los Ángeles, el enorme proyecto llamado "Pacific Standard Time LA/ LA" - que abarca setenta muestras y sigue hasta enero- fue creado y organizado por la Getty Foundation, una entidad dedicada al arte y a su estudio. Hay decenas de exposiciones consagradas al arte latinoamericano, “latinx” y “chicanx” (como los investigadores y directivos de la Getty proponen llamarlo, para incluir también la temática de género). Con quinientas performances, la movida es fruto de cinco años de investigación y alianzas entre la Getty y numerosas instituciones de toda América latina. ¿El costo? Dieciséis millones de dólares. De entre todas las exposiciones, Có
mo comprender al Pato... es especialmente incisiva: presenta más de 150 obras. Pero estas muestras sobre el Pato Donald y el mundo mágico de Disneylandia pegan en un punto: pareciera que los artistas de América latina -tal vez desde la obra crítica Para
leer al Pato Donald, de Ariel Dorfman, de 1971- no creen en el Pato simpático
ni en el feliz ratón de orejas negras. Hay una pintura en la exposición que ilustra perfectamente esto: es la de un Mickey Mouse muerto, recostado entre flores de colores. Tiene el signo "pesos" en lugar de ojos y la palabra "fin" escrita encima: chau, nos dice el trabajo, se terminó el mundo de delicias y torres de colores, en esta obra de Jaime Muñoz.
Claro que dentro del esfuerzo que demandó "Pacific Standard..." hay muestras para todos los gustos, como La frontera entre los Estados Unidos y México: lugar, imaginación y posibilidad. A este tema, en tiempos de Trump, la Getty le dedica su espacio y un posicionamiento político. En Axé Bahia: el poder del arte en la metrópolis afro-brasileña en el museo Fowler, hay que observar los trabajos de Ayrson Heráclito ensalzando los rituales del Candomblé y la fotografía Helemozão, de Helen Salomão: tres mujeres bahienses levantando sus brazos tatuados, mirando a la cámara sin temor. Reino dorados: lujo y herencia en la América antigua, exposición del Getty Center, marca un recorrido de preciosas e inéditas piezas de oro de toda América latina.
Pero entre toda esta enorme cantidad de muestras hay algunos que involucran especialmente al arte argentino. Como en Haciendo al arte Concreto: obras de la Argentina y Brasil de la colección Patricia Phelps de Cisneros, en el Getty Center. Es una pequeña pero exquisita exposición dedicada a las originales contribuciones de los movimientos artísticos relacio- nados con el arte concreto (caracterizado por las composiciones abstractas y formas geométricas). Los artistas argentinos Raúl Lozza, Tomás Maldonado, Alfredo Hlito y Juan Melé saltan ahora con pinturas preciosas -hitos de la historia del arte locala instalarse en la escena (y el mercado) internacional.
Por su parte, Mujeres radicales: arte latinoamericano, 1960-1985 –cura- da por la venezolana Patricia Fajardo-Hill y la argentina Andrea Giunta en el Museo Hammer -expone los aportes de las artistas mujeres de Latinoamérica y las de descendencia chicana y latina en los Estados Unidos. Marie Orenzans, Dalila Puzzovio, Marcia Schvartz, Marta Minujín (con sus primeros trabajos de los 60), Liliana Porter y Liliana Maresca, son algunas de las artistas de nuestro país en ese espacio. Las excelentes fotoperformances de Regina Silveira y Maria Maiolino simulando cortarse la lengua (un trabajo relacionado con la censura durante las dictaduras) y la emocionante performance de Celeida Tostes (1929-1995) metiéndose enunhuevo de barro y emergiendo de él como de un útero, marcan pulso y sangre de la formidable potencia de las artistas de nuestra región.
El pionero del arte conceptual David Lamelas (argentino itinerante) presenta su primera exposición monográfica en el University Art Museuma. Videos, fotos, películas y hasta sus primeras instalaciones de los años 60. La muestra fue curada por la argentina María José Herrera y la estadounidense Kristina Newhouse. Otro pionero, León Ferrari, está presente con Las palabras de los otros, con sus collages literarios.
Con esta enorme movida sobre el arte "latinx, chicanx", latinoamericano, y también las influencias asiáticas en la cultura estadounidense, la Getty está queriendo decir ¡viva la inmigración! Aquí, por California los que caminan por la calle –ese cruce racial, cultural e identitario tan llamativo- encuentran, por fin, su espejo dentro de los museos de la región. ¿La exposición que lo ratifica? Un Do
cumenta: una puesta acerca del multiculturalismo, la migración, el trabajo, los derechos humanos y las personas indocumentadas. Omar Pimienta (Tijuana, 1978) da en el clavo con su obra Ciudadanía libre: un consulado móvil. Con su trabajo otorga
pasaportes gratuitos para pasar fronteras. Quizás esta sea una de las ideas rectoras de todo el proyecto de la Getty: que las obras de arte desconocen las fronteras ideológicas y políticas impuestas; que somos diversos y plurales y que es mucho mejor construir puentes antes que muros.