La Corte Suprema de Brasil da luz verde a un juicio contra Temer
Aceptó una causa en su contra por obstrucción de Justicia. Diputados debe decidir si le hace un juicio político.
El presidente Michel Temer sufrió ayer una gran derrota en la Corte Suprema. Este cuerpo aceptó una nueva denuncia que envió el ex fiscal general Rodrigo Janot antes de dejar su
función. Acusa al jefe de Estado de asociación ilegal y obstrucción de la justicia. Al admitir esta causa, el Supremo Tribunal Federal (STF) la enviará ahora a la Cámara de Diputados ya que es este organismo parlamentario el que resuelve, en un juicio político, si autoriza o no las investigaciones judiciales. La medida de los magistrados vuelve a exponer la ex- trema fragilidad política del actual gobierno brasileño.
Por ser presidente, Temer solo puede ser procesado por un “delito común” si cuenta con el aval de los congresistas. Si estos consienten, el gobernante debe abandonar inmediatamente el Palacio del Planalto y será procesado por el más alto tribunal.
Los abogados defensores de Temer habían alegado ante el Tribunal que los hechos por los que fue acusado el jefe de Estado no tenían que ver con el ejercicio de su presidencia, que comenzó el 17 de mayo del año pasado. Y afirmaron también que se basaba en una delación premiada, la del empresario Joesley Batista dueño del frigorífico JBS. Este fue detenido hace una semana acusado de manipular su propia delación. La defensa del presidente pidió, entonces, que la denuncia volviera a la Procuración General, manejada desde el último lunes por Raquel Dodge, una jurista que fue designada por el propio Temer. Los jueces de la Corte no quisieron correr el riesgo de un “papelón” y optaron por dar curso al proceso.
El juez Luis Roberto Barroso, uno de los 11 miembros del Supremo Tribunal, fue incisivo: “A partir de este momento, las decisiones están en el plenario de la Cámara de Diputados. Ella tendrá que decir si hay o no interés (de las altas esferas políticas) de que el país se entere de los hechos que ocurrieron”. Y agregó: “No se puede condenar o absolver (a Temer) sin investigarlo”. Otro de sus colegas, Luiz Fux, subrayó: “Ahora es el momento de aguardar el juicio político (en Diputados) que precederá al juicio jurídico (en la Corte Suprema)”.
La única voz disonante fue la del ministro Gilmar Mendes. “Tenemos que tener responsabilidad. Si no son las personales, al menos que sean las del cargo, de la institución”. Aliado íntimo de Temer y enemigo declarado del ex fiscal Janot, sostuvo que éste “es alguien que no tiene la menor responsabilidad sobre los resultados de su acción”.
Hay varios elementos a tener en cuenta en este nuevo fracaso de Temer. Primero, que la popularidad del presidente está en el piso: es menor al 4%. Esto explica, en parte, que la Corte Suprema no quisiera jugarse a su favor. El segundo factor es que el plenario de Diputados debe volver a realizar los mismos procedimientos que hizo en julio: primero, la Comisión de Constitución y Justicia debe dar su opinión (favorable o en contra de Temer); y segundo proceder luego a la votación para la cual el gobierno precisa tener un resultado mayoritario entre 341 diputados (o sea, los dos tercios de los parlamentarios).
En tercer lugar, se sabe de declaraciones un par de generales del Ejército brasileño que mencionaron como una posibilidad, casi cierta, la “intervención militar” (léase golpe), cerrando el Congreso (donde abundan los legisladores acusados de corrupción) y llamar a elecciones generales en 90 días. Quienes mencionaron esa posibilidad fueron los generales Antonio Mourao y Augusto Heleno. El jefe del Ejército, Eduardo Villas Boas, se negó ayer a “castigar” a Mourao por esas declaraciones públicas.