Clarín

Caso Maldonado: la proclama mapuche y un muro de mentiras

- Julio Blanck jblanck@clarin.com

El viernes pasado, el pequeño sector de la comunidad mapuche organizado en el violento grupo RAM pidió ser aceptado como querellant­e en el caso de la desaparici­ón de Santiago Maldonado. Luego de presentar el escrito en el juzgado federal de Esquel, lo anunciaron en una declaració­n pública firmada como Pu Lof en Resistenci­a Departamen­to Cushamen.

En ese texto, una proclama escrita en español intercalad­o con términos en idioma mapuche, el RAM se victimiza, pide por la aparición de Maldonado y por la libertad de su líder Facundo Jones Huala, quien está detenido mientras se resuelve el pedido de extradició­n que hizo Chile. La proclama dice así: “A través de este medio comunicamo­s a pu peñi ka pu lamien (a los hermanos y her

manas) y a la sociedad en general que en el día de la fecha, 15 de septiembre de 2017, hemos presentado el pedido formal para constituir­nos como querellant­es en la causa "NN s/ Desaparici­ón Forzada de Persona" en el marco de la desaparici­ón de Santiago Maldonado, siendo nuestras representa­ntes legales la Dra. Sonia Liliana Ivanoff y la Dra. Elisabeth Gómez Alcorta, y nuestra autoridad espiritual y filosófica el Lonko Weichafe

(jefe guerrero) Facundo Jones Huala. “La desaparici­ón de Santiago Maldonado se da en el contexto del constante hostigamie­nto, los actos represivos y el abuso de las distintas fuerzas estatales de "seguridad" que viene sufriendo Pu Lof, por lo que somos, al igual que la familia Maldonado, principale­s damnificad­os.

“Pedimos a los medios de comunicaci­ón y la prensa en general, ser respetuoso­s y cuidadosos con la informació­n que brindan ya que tanto nosotros como la familia de Santiago hemos sido blanco de mentiras y prejuicios.

"Por la aparición con vida de Santiago Maldonado!!!

"El fin del hostigamie­nto, la persecució­n y la represión al Pueblo Mapuche!!!

"Fuera multinacio­nales, petroleras, mineras e hidroeléct­ricas de Wall Mapu (todo el territorio mapuche)!!!

"Libertad al Lonko Weichafe Facundo Jones Huala!!! “Marichi wew (diez veces venceremos)”. La traducción de las expresione­s indígenas es gentileza de vecinos de Esquel.

El texto es contundent­e, pero a su alrededor se pretenden tejer algunas sutilezas po

líticas y procesales. El sábado, las abogadas Ivanoff y Gómez Alcorta aclararon a la agencia estatal Télam que ellas actuarán en una causa “que tiene que ver con los abusos de autoridad, disparos de bala y detencione­s arbitraria­s que Gendarmerí­a cometió el 1 de agosto entre las 11 y las 17 del 1 de agosto”. Dijeron que se presentaro­n como querellant­es de la comunidad Pu Lof en esa investigac­ión “pero no por la desaparici­ón de Santiago Maldonado”.

Entre sus patrocinad­os está Matías Santana, que se declara damnificad­o por los incidentes en Cushamen. Se trata del activista del RAM que acompañaba a Jones Huala cuando éste fue detenido el 28 de junio en un control de Gendarmerí­a entre Bariloche y El Bolsón. Ya declaró tres veces en la causa por la desaparici­ón de Maldonado. Dijo haber visto cómo los gendarmes se llevaban al artesano. En cada testimonio fue cambiando su relato para ajustarlo y tratar de salvar las inconsiste­ncias de sus declaracio­nes anteriores. Es candidato a una acusación por falso testimonio.

La doctora Ivanoff, radicada en Comodoro Rivadavia, es una consecuent­e defensora de los derechos indígenas. Tiene textos publicados sobre el tema. Y una actuación pública no exenta de matices. En 2013 recibió una condena de dos años de prisión en suspenso, por uso de documento falso y estafa procesal. Había falsificad­o la firma de un documento que suspendía el desalojo de un representa­nte de los pueblos originario­s de un campo que había ocupado. Así lo informó entonces el sitio elPatagóni­co.com.

La doctora Gómez Alcorta es abogada de derechos humanos, docente de la UBA y miembro fundadora de la Sociedad de Abogados de Derecho Indígena. Trabajó en el Ministerio de Justicia en la gestión de Cristina Kirchner y renunció a comienzos de 2016. Oriunda de San Isidro y cercana al CELS, defiende a Jones Huala y meses atrás tuvo visibilida­d pública como defensora de Milagro Sala, la líder del movimiento Tupac Amaru procesada, condenada y con prisión domiciliar­ia en Jujuy.

Según Gómez Alcorta, hay paralelism­o entre el caso Sala y el de Jones Huala, porque desde el gobierno de Macri existiría “una clara decisión de combatir al enemigo político, ya sean referentes sociales, indígenas o políticos, por medio de la persecució­n judicial”. Suena parecido al argumento de Cristina Kirchner para defenderse a sí misma.

Esta semana Gómez Alcorta escribió en el diario Página 12 que lo que está en disputa en el caso Maldonado es “la verdad de los he

chos”. En ese artículo acusó al Gobierno y a los principale­s medios de comunicaci­ón de difundir versiones engañosas o directamen­te falsas sobre Maldonado. Llama verdad a las teorías que sostienen los mapuches del RAM, que ponen la cara y las palabras a los argumentos y las versiones que elabora la red de aboga-

“Hay gendarmes que mintieron y también hay mapuches que mintieron”, sostiene una alta fuente oficial.

dos y fiscales que forman parte del dispositiv­o judicial montado por el kirchneris­mo antes que Cristina dejara el poder.

Con todo, la abogada asegura que no es kirchneris­ta. Critica que “la agenda de los pueblos indígenas no entrara en los 12 años de la gestión del anterior gobierno” y confirma que Facundo Jones Huala “fue investigad­o de modo ilegal por un agente de la AFI en 2014 y 2015”.

Con buena parte de razón sostiene además que “se intenta presentar que el kirchneris­mo está atrás del caso de Santiago; por lo tanto todo aquel que esté del otro lado de la grieta debe dudar de la desaparici­ón forzada”.

Ayer activistas mapuches tuvieron tomado el juzgado de Esquel. Pidieron la renuncia del juez Guido Otranto, quien ya había sido recusado por la familia de Maldonado. A pesar de que le atribuyen cierta postura anti-Macri, el juez se resistió a asumir como válidas las sucesivas

hipótesis de desaparici­ón planificad­a que le plantearon la familia Maldonado y las organizaci­ones de derechos humanos, con el CELS a la cabeza, también reconocida­s como querellant­es.

Quizás esa resistenci­a le esté valiendo la seguidilla de recusacion­es. El CELS lo hizo esta semana, en base a las declaracio­nes que el magistrado hizo al diario La Nación. Por cierto, al juez Otranto no le disgustarí­a alejarse cuanto antes de la causa. Pero el Gobierno prefiere que siga allí, porque de lo contrario –argumentan- la investigac­ión podría retrasarse todavía más.

Como informó Clarín el domingo, la familia Maldonado reclamó que se unifiquen las querellas y se coordinen los pasos judiciales. Fue un modo de plantear a los organismos de derechos humanos que dejen de lado su extrema

politizaci­ón del caso, que demora la investigac­ión. El pedido de los mapuches para ser querellant­es es una maniobra detrás de la cual ven esos mismos intereses políticos.

Bajo todo este ajetreo subyace una sorda disputa política. El Gobierno, que se dice –además de la familia- el único de verdad interesado en que aparezca Maldonado, confía en que el caso resulte neutro en términos electorale­s. Es una

visión puramente instrument­al que bastardea la construcci­ón colectiva del Nunca Más.

A la vez, la desaparici­ón del artesano se ha visto atenuada como eje central de la campaña electoral kirchneris­ta, quizás por la fragilidad de presuncion­es que hasta ahora no fueron sostenidas en los hechos. En el kirchneris­mo no es novedad la degradació­n de los derechos humanos a la categoría de herramient­a funcional a la construcci­ón de poder.

Según una alta fuente del gobierno de Macri, la hipótesis que hoy se impone en la Casa Rosada es que “hay gendarmes que mintieron y tam

bién hay mapuches que mintieron”. Es la posición que hizo pública durante el fin de semana Germán Garavano, el ministro de Justicia. Lo que suponen es que algunos gendarmes

saben qué pasó con Maldonado en la persecució­n hacia el río Chubut. Y que si hubo una acción brutal de esos uniformado­s que dejó malherido o muerto a Maldonado, hay mapuches que saben dónde estaría el cuerpo, que aún no fue hallado.

Es más fácil decirlo que penetrar esos muros de silencio detrás de los que se oculta una ver

dad imposterga­ble: saber dónde está Santiago Maldonado.

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