Doy gracias a Dios
por haber estudiado en otra época y con eso obtener una educación de calidad. Los jóvenes de hoy pareciera que le tienen miedo al trabajo. ¿Será porque muchos de sus padres y abuelos no lo han hecho? El trabajo es experiencia para la teoría de la educación incorporada en nuestras vidas. En la época que hablo hasta los maestros hacíamos prácticas para obtener nuestros títulos. Era lo mismo que trabajar. Lo hacíamos en escuelas públicas y privadas. No se nos hubiera ocurrido que nos estaban explotando. Hacíamos nuestras prácticas y residencia. Teníamos tres años de ciclo básico y dos de especialización. Concurríamos en horas de nuestro turno a las clases y en el contra turno a las prácticas en las primarias designadas.
No imaginábamos salir sin contar con esa experiencia de horas o semanas que nos preparaba para enfrentar la tarea que habíamos elegido. Los que estudiaban en escuelas técnicas también hacían sus carreras, pero en seis años. Todos hacían prácticas dirigidos por profesores idóneos en las áreas que dictaban clase. Los llevaban a conocer empresas, a ver cómo se trabajaba y se establecían convenios.
Esto de tomar escuelas es una modalidad inaceptable. Pierden días de aprender y les hacen perder a compañeros de escuela que no están de acuerdo. Los jóvenes deben aprender a respetar las normas y a los adultos.
No pueden pensar que todo está hecho para dañar a un grupo favoreciendo a otro. No son las escuelas quienes están tomadas, sino que hay jóvenes tomados en su irreflexión y rebeldía y usados políticamente.