Clarín

Los jueces del caso Candela, tras el fallo: “El pacto de silencio sigue”

Luego de las tres condenas, dicen que hay que apuntar a la complicida­d policial con los narcos.

- Virginia Messi vmessi@clarin.com

En pleno juicio oral por el crimen de Candela Sol Rodríguez (11), una testigo terminó admitiendo ante el tribunal que, aunque ella aparecía firmando una declaració­n testimonia­l complicand­o a uno de los acusados, en realidad había sido su hermano el que aportó los datos al fiscal del caso. La mujer contó que esto pasó porque su familiar estaba oficialmen­te prófugo. Pocos días después de eso ella cobró 100.000 pesos como adelanto de recompensa y lo hizo en el despacho de un comisario general, en La Plata. En el expediente no aparece recibo alguno.

“Un escándalo terrible”, resumió ayer ante Clarín la jueza Raquel Renée Lafourcade, quien junto a sus colegas del Tribunal Oral N° 3 de Morón, Diego Bonanno y Mariela Moralejo Rivera, llevó adelante el debate oral del que se desprendie­ron 28 investigac­iones por irregulari­dades y terminó el miércoles con las condenas a prisión perpetua de Leonardo Jara y Hugo Bermúdez, más la de 4 años de Gabriel Gómez como partícipe secundario. -¿Qué le pasó a Candela?

-Lafourcade: Candela fue elegida como un medio de intercambi­o. Lo que ocurrió fue un ajuste de cuentas. Ella iba a ser devuelta si su padre entregaba el producto de un ilícito. Así lo dio a entender la llamada que hizo Jara y en la que le manda decir a Carola La-

brador: “Hasta que esa conchuda no devuelva la guita no la va a a ver nunca más, que le pregunten al marido donde dejó la guita”. -¿Cómo se ejecutó?

-Lafourcade: A Candela la abordaron en la esquina de su casa. La subieron a una camioneta y la trasladaro­n a la zona de San Martín. Ahí estuvo cautiva. Luego fue llevada a la casa de la calle Kiernan. Allí está su ADN.

-Bonanno: Hay muchos detalles que apuntan a Kiernan: la casa estaba en desuso, pocos días antes pusieron una tapia, llevaron a un matrimonio a hacer un enmascaram­iento de la fachada. -Candela estuvo cautiva más de una semana y no tenía signos de maltrato. ¿Cómo explican esto?

-Lafourcade: No estaba deshidrata­da, no había adelgazado. Su estado emocional tiene que haber sido bueno, porque si no eso se hubiera reflejado en su cuerpo. Un médico habló de estado de “confort”, claro que entre comillas (...). En una conversaci­ón con su madre, abuela de Candela, “Juancho” Rodríguez, comenta: “Estuvo conmigo el ministro de Justicia. Decile a Carola que le diga todo, absolutame­nte todo”. -¿Y a que se refería Juancho?

-Bonanno: Se refiere al gran pacto de silencio que siempre sobrevoló esta causa. Y el pacto de silencio sigue.

-Lafourcade: Esta causa tiene muchos interrogan­tes, muchos, muchos. De lo que no hay dudas es de que los tres condenados están bien condenados.

-¿Por qué matan a Candela?

-Bonanno: Hay que tener en cuenta unas declaracio­nes de la madre a la televisión donde les dice que estaban cercados. Fue el 29 de agosto, día en que se presume que mataron a Candela. Ese es el día que llama Jara y dice: “Ahora sí que no la vas a encontrar nunca más a tu hija”. -Durante el juicio se deslizó la teoría de una “mejicanead­a” de droga como móvil del caso.

-Bonanno: Hay muchas hipótesis. La cuestión central es que en todas ellas siempre aparece la Policía y su sociedad con los traficante­s. -¿Qué viene ahora?

-Bonanno: Resta traer al banquillo de los acusados a todos aquellos que no desfilaron por este juicio. Incluida la complicida­d policial. w

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DIEGO DIAZ Tras la sentencia. Los jueces Raquel Renée Lafourcade y Diego Bonanno, ayer, en Tribunales.

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