De los elogios a la despedida
Después del 2-0 de San Lorenzo ante Lanús en la ida, sumó elogios. Pero la revancha, y la eliminación en la Copa Libertadores, lo dejaron sin aire. Y ayer el uruguayo tuvo que dejar la conducción técnica del equipo. “Sabía que mi continuidad dependía de la Copa. Mi salida ayuda a descomprimir la situación, pero me voy con tristeza”, reconoció.
Del elogio desmesurado por la estrategia planteada en el Pedro Bidegain que lo fortaleció y recargó su crédito con la ventaja, a priori positiva, se pasó irremediablemente -tras la caída en los penales ante Lanús- a los recurrentes cuestionamientos tanto en la elección de los jugadores como en el esquema táctico y a la zozobra emocional por otra eliminación, que dejó un profundo vacío existencial y competitivo al promediar este segundo semestre. Debilitado anímicamente, Diego Aguirre se sintió otra vez contra las cuerdas. La desilusión, enmarcada en ese impacto de nocaut, decantó en una despedida preanunciada (y abortada por los resultados favorables) en varios capítulos. En la mañana de ayer llegó a la Ciudad Deportiva más temprano de lo habitual, ya con la decisión tomada. La ratificó en la reunión junto con Matías Lammens y Bernardo Romeo -presi- den te y manager, respectivamente-un ahora antes del entrenamiento.
“Si bien formalmente habíamos firmado contrato y la intención era llegar hasta diciembre sabíamos que la continuidad dependía de la Copa Libertadores. Esa era la prioridad, nuestro gran objetivo, y no pudimos avanzar. Me voy con esa tristeza. No es una decisión fácil pero es la mejor que podemos tomar en este momento y no hay posibilidad de revertirla. Fue un diálogo muy franco, como siempre lo ha sido. Supongo que mi salida ayudará a descomprimir la situación”, explicó el DT en la rueda de prensa.
Enfático, pero con un indisimulable dejo de tristeza, Aguirre no ahorró elogios para con los dirigentes que hace 45 días lo convencieron de renovar su contrato. “Es difícil cuando no cumplís los objetivos que uno quiere o por los que lucha cada día. Gana uno y el resto queda en el camino. Me quedo con los lindos momentos que tuve en este club y quiero agradecer a la gente de San Lorenzo que confió en mí. Siempre me sentí a gusto, me recibieron muy bien y fue una experiencia maravillosa”, dijo.
En el balance, consideró que su aporte fue importante. “Conviví con un fútbol argentino de primer nivel y logramos un trabajo que seguramente se valorará más adelante. El equipo estaba respondiendo bien y los jugadores se brindaron al máximo. Hay que estar preparado cuando toca ganar como cuando toca perder. Nos vamos tranquilos porque sentimos que aportamos mucho al crecimiento de San Lorenzo”, remarcó.
Confirmado el interinato de Claudio Pampa Biaggio, quien dirigirá el lunes ante Estudiantes y trabajará junto con Cristian Hernán Manfredi (exdefensor de Platense y Talleres de Córdoba; en 2014 sacó campeón a la 4ª división tras 27 años), comenzó la búsqueda del nuevo entrenador.
Gabriel Heinze, quien ascendió con Argentinos Juniors y es sondeado por Estudiantes, asoma como el primer candidato, aunque desde su entorno señalan que no admite asumir con un plantel armado y con el torneo iniciado. Tanto por el perfil como por su proyecto, la segunda opción es Pablo Lavallén, exAtlético Tucumán. Más relegado aparece Luis Zubeldía, pero a muchos no convence su prematuro despido por la floja campaña (cuatro derrotas, sin goles) del Alavés.
Algunos sueñan con el regreso (inviable) desde China de Manuel Pelle- grini, negociar la salida de Eduardo Coudet de Tijuana (5 triunfos en 13 partidos) o presionar a Jorge Almirón, con contrato vigente en Lanús.
Otros apuntan a exjugadores identificados con el club: Gustavo Quinteros (con experiencia como DT de Bolivia y Ecuador), Paulo Silas y Mario Yepes, o darle la primera experiencia a la dupla integrada por Sebastián Saja y Cristian Lobo Ledesma.
El tiempo, no exento de premura, señalará si la elección fue acertada.