Clarín

Mataderos Hollywood: gourmet y tradiciona­l

- Fabio Dana fdana@clarin.com

Pizzerías, cafés y confitería­s tradiciona­les, lugares emblemátic­os del barrio que ahora conviven con bares y restaurant­es más modernos. El Mataderos tradiciona­l y el Mataderos “Hollywood”, como algunos ya se animan a llamarlo, van de la mano. Y tienen como punto de unión la avenida Juan Bautista Alberdi.

La esquina con Murguiondo reúne, frente a frente, a dos titanes del barrio. Del lado impar, El Cedrón, que lleva su nombre por el apellido de su primer dueño, es la pizzería que para mu- chos debería ocupar el primer lugar del podio dentro de su rubro. Incluso, por encima de otras mucho más famosas, que sólo se destacan por estar cerca de las luces de la Avenida Corrientes. Fundada a comienzos del siglo XX, es más que una pizzería de barrio: se trata del punto obligado de encuentro, la referencia ineludible tanto para los vecinos como para aquellos que lo visitan.

Enfrente se encuentra la pizzería San José, que comenzó hace noventa años como panadería y confitería y más tarde sumó el bar y el salón del primer piso, para almuerzos o cenas. A 100 metros, el Boulevard Alberdi está en la esquina de Alberdi y Leguizamón y ofrece todo el glamour de los barrios más coquetos. Fundada por José María López en 1937 y hoy atendida por sus bisnietos, se mantiene como otro lugar tradiciona­l de Mataderos.

Con el paso del tiempo, surgieron nuevas tendencias. El restó Clifton Jazz, en la esquina de Larrazábal y Bragado, adquirió un estilo moderno, con platos sofisticad­os y música variada en vivo, donde no puede faltar el jazz cada sábado por la noche.

La lista sigue. Justo a la vuelta, en Alberdi y Fonrouge, se sumó Zidane, un restó-bar que se destaca por los tragos y la coctelería, y que apuesta a convertirs­e en el centro de reunión de las nuevas generacion­es. A una cuadra, Alquimia (en Alberdi entre Pola y Miralla), un bar moderno y con una carta variada para la me- rienda, ofrece una postal bien “palermitan­a”.

Pero, para que no se asusten los viejos vecinos del barrio ante el avance del Mataderos “Hollywood”, vale la pena destacar la presencia de un lugar que mantiene las raíces del Mataderos tradiciona­l: el bar 9 de Julio, en Larrazábal casi Alberdi. Fundado en 1940, pasó por décadas de glorias y también de las otras, y aunque estuvo cerrado y a punto de desaparece­r, se mantiene firme y con el ánimo renovado, tras haber sido declarado de Interés Cultural, en 2015. Por sus mesas, pasaron personalid­ades del barrio como Rodolfo Motta, ídolo del club Nueva Chicago, y el cantante de tangos Floreal Ruíz, quien dejó su marca, a capella, en la reinaugura­ción del local, en 1969. ■

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