“Espero que el Papa no le haga daño al país y deje de apañar la corrupción kirchnerista”
Desde el principio de los tiempos, se sabe que el bien no existiría sin el mal, y viceversa. Vivimos en un mundo saturado de imágenes, de palabras y de sonidos. Nos acostumbramos a los periódicos, a pantallas de TV, a carteles publicitarios, a libros, a frases, a signos, a figuras y relatos verdaderos e inventados.
En la actualidad, el mal es una de las manifestaciones humanas de máxima presencia y, se ve y se siente representada, a veces, por personas de gran poder económico y político, que someten a los pueblos con cierta verbosidad de enorme derroche, producto de la corrupción aplicada sin destajo a la compra de almas, con el objetivo de mantener un poder insaciable que no pueden dominar. Para esto, esas personas aplican ciertas reglas de imágenes publicitarias con el fin de confundir y someter a personas de baja estima personal, para conducirlas al fanatismo y a un razonamiento colectivo inculcado, haciéndoles perder todo pensamiento personal.
Esto lo veo reflejado en la persona de la expresidente y sus acólitos, que la siguen por la impunidad que consiguen para tapar su corrupción y su falta de escrúpulos. Pero lo que no entiendo, y creo que algunos cristianos tampoco, es el aval conseguido por todo este clan, con ella a la cabeza, del máximo exponente del Vaticano que tiene palabras de alivio para todo el mundo creyente, pero no para su pueblo de nacimiento, el argentino, quien se ve devastado por esta gente impresentable y corrupta. Este tema también nos abruma por contar en la actualidad de una camada de jueces ciegos y cobardes (algunos corruptos), que no merecen tener la vara de la justicia, y que también no son honestos e imparciales.
Me pregunto, ¿todo esto, no lo ve el Papa? ¿Por qué no se pronuncia al respecto? ¿Es más político Francisco de lo que parece, y en Roma procede con la honestidad intelectual, sin tendencias políticas o se maneja con su predilección de pensamiento partidario cómo en la Argentina? Da para pensar. A muchos de nosotros ya nos cuesta creer en su proceder respecto a nuestro país. Espero que entienda este daño que hace a su país y a su pueblo, y no avale más a estos corruptos a los que sigue recibiendo y principalmente a esta señora, Cristina Fernández de Kirchner, que no tiene límites y que me lastima hasta nombrarla. Cómo entender, también, sobre todo cómo ella lastima a la Argentina y a su pueblo para seguir tapando su corrupción. Espero que este pueblo de baja estima personal recapacite y no la acompañe con el voto. ¿Se hará justicia en algún momento? Ojalá el Dios del bien nos salve de esta banda. Rescatando a Platón, digo y pienso: “Todo lo bello debe ser verdadero en algún momento”.