Disfrutar del fútbol y de la música a pesar de la diversidad

¿Tienen algo en común el fútbol y la música? Sí, la inclusión, la tolerancia, el compañerismo. Chicos que patean la redonda en Medio Oriente, en Israel, pertenecientes a distintas etnias religiosas. Hay una ONG que se llama Gol de la Igualdad. La fundaron hace 9 años. Tiene 200 equipos. El programa lo comenzó un brasilero, Gabriel Holzhacker, y que se cataloga a sí mismo como “enfermo del fútbol”, (tema que trata una película argentina: “El fútbol o yo”), unió culturas, religiones, estratos sociales. Tienen una lengua en común: gol, la 10 de Messi, la 7 de Cristiano y la 11 de Neymar. Tienen proyectado viajar a Buenos Aires a competir en los Juegos de la Juventud 2018. Disfrutan del fútbol a pesar de la diversidad. Convivir, como en la música con el gran maestro Daniel Barenboim, con cuádruple nacionalidad: argentino, español, israelí, palestino. Es candidato al Premio Nobel de la Paz por su iniciativa, la West-Eastern Divan Orchestra, fundada en 1999 junto al escritor estadounidense de origen palestino, Edward Said. Otro gran ejemplo de integración religiosa que une músicos israelíes, árabes y españoles. Patear una pelota o hacer sonar un violín pueden practicarse juntos, sentados en el tablón de una canchita o cerrando los ojos para escuchar una sinfonía en el Teatro Colón.