Clarín

Cómo será la economía después de octubre

- Marcelo Canton mcanton@clarin.com

El día después de las elecciones, qué pasará con la economía? Algunos dicen que la economía seguirá creciendo al mismo ritmo actual, y que cerrará con un alza superior al 3%. Otros son más escépticos, y hablan de un cierto enfriamien­to luego del 22 de octubre, que haría que el alza sea menor al previsto por el Gobierno. Las tarifas, la inversión y la obra pública están en medio de ese debate.

En la Casa Rosada esperan cerrar el año con un crecimient­o anual por arriba del 3%. “Hoy estamos con un ritmo de más del 4%”, aseguran en la Casa Rosada. Las proyeccion­es que maneja de forma privada un banco extranjero coinciden con ese número. En cambio, algunos de los estudios económicos de más peso creen que no se llegará a tanto: Bein y M&S (Melconian y Santángelo) coinciden en 2,8%. Por debajo está Marco Lavagna, con 2,5 a 2,7. Dante Sica, en medio: de 2,7 a 3 por ciento.

Empecemos entonces por Sica. “No veo que la economía tienda a desacelera­rse luego de las elecciones”, responde, cuando se le plantea que en algunos círculos económicos se estima que pasado el 22 de octubre el Gobierno dejará de alimentar el motor del consumo y la obra pública como hasta ahora. “Es que salvo los créditos de la ANSeS, no hay estímulos adicionale­s al consumo preelector­al”, agrega el titular de abeceb.

“Este es un año electoral con suba de tarifas, gradualism­o fiscal y política monetaria restrictiv­a y sin embargo el consumo se recupera fuerte”, añade Sica.

Luego de que no se cumpliera su pronóstico de que la economía entraría en un colapso en el corto plazo, Cristina Kirchner giró su discurso hacia “el ajuste que vendrá después de las elecciones”. El eje central de ese argumento es la suba de tarifas. En el caso del gas, hay previsto un ajuste del 32% en el valor del gas que se paga a las petroleras, y en discusión un 40% para las distribuid­oras. En la luz, alrededor de un 19% ya acordado para las distribuid­oras y valores de generación aún por verse. “Tal vez el Gobierno aproveche para hacer un ajuste también en el transporte, puede ser a fin de año o a principios del próximo”, añade Sica. “Pero eso no afectaría la tendencia, con el consumo creciendo más de lo esperado, cerca del 3%”.

¿Y la obra pública? “El Gobierno tiene un cronograma de pagos de 10 a 15 mil millones de pesos por mes, y aunque se preveían desembolso­s por 232 mil millones en este año, en el presupuest­o 2018 s dice que la ejecución llegará a 180.000 millones, y van por 140.000. Hay fondos todavía”, responde Sica.

Para Marco Lavagna, economista del equipo de Sergio Massa, el crecimient­o hoy está en los niveles que dice el Gobierno, pero “es por una comparació­n interanual que resulta muy ventajosa, se está comparando con el peor momento”.

Según su punto de vista, no se llegará al 3% que plantea la Casa Rosada: “el crecimient­o sera de 2,5 a 2,7 por ciento”, estima. Y la infla- ción rondará el 22 o 23 por ciento. Coincide con Sica en que en esos valores impactará si hay o no aumento de tarifas, sobre todo de transporte. Y el ajuste que pueda tener la nafta luego de la desregulac­ión anunciada por el ministro de Energía, Juan José Aranguren, con fecha 1° de octubre. Ayer las petroleras Axion, Puma y Oil ya ajustaron el valor de los combustibl­es en el mercado mayorista un 11%. ¿Se viene ya el ajuste en surtidores?

“Estamos en una economía muy concentrad­a y con mucho peso del sector financiero, por lo que lo que veremos será una situación chata, con baja creación de empleo, sin mu- cho derrame social”, añade Lavagna.

Mucho más optimista es el economista jefe de un banco internacio­nal que pide reserva de su nombre. “Creemos que el 3% de crecimient­o este año es posible, sobre todo porque la inversión está superando lo esperado”, dice. El preveía un crecimient­o del 3% para este año, pero con un ritmo de alza de inversione­s del 8%, y hoy está en el doble de eso. “Y además la construcci­ón ya no lidera el rubro, sino la maquinaria, con una suba del 20%”.

Es un discurso muy similar al que se escucha por estas horas en la Casa Rosada. Allí prevén que el año cierra con 3% o algo mas. Y que eso dejaría un arrastre estadístic­o, un piso, del 1,8% para el año próximo. “La inversión está creciendo al 15%”, señalan. Y suman en esa idea el crecimient­o de importacio­nes de bienes de capital, de partes industrial­es, de generadore­s de energía no convencion­al, además de maquinaria para la construcci­ón, que apunta sobre todo a la obra pública.

El banquero y los hombres del Presidente coinciden en que el nivel de crecimient­o hoy está en 4%. Pero ahí hay que sumar un factor: las proyeccion­es hacia el futuro son hechas tomando los resultados de las PASO como base, y si el oficialism­o no llegara a ese nivel en octubre (los funcionari­os creen que superarán esos números, pero la realidad muchas veces da sorpresas) las tendencias podrían cambiar. En otras palabras, a la hora de analizar cómo será el último bimestre del año, el resultado de octubre pesará. Las expectativ­as políticas impactan fuerte en la economía.

Y ahí vale la pena destacar el análisis de un economista ligado al Gobierno. “Hoy tenemos un punto a tener en cuenta: hay una diferencia entre la euforia que genera la política y los números objetivos de la economía, lo primero supera a lo segundo”, diagnostic­a.

La economía está en un punto que puede necesitar ese arrastre, claro. Es que la curva de evolución se parece a una U. Hubo una caída profunda y ahora el país estaría saliendo del piso. Pero el empujón necesario para subir es alto. Y ahí arranca la discusión sobre qué agregaría más potenciali­dad.

“Si vamos a crecer al 3% con el escenario actual, si el año próximo esperamos 3,5%, ¿qué pasaría si pudiéramos avanzar con las reformas estructura­les que queremos llevar adelante?”, dicen en la Casa Rosada. Señalan en esa línea las obras de infraestru­ctura que se construyen y las que están en licitación, medidas como el blanqueo laboral, la rebaja de Ingresos Brutos que buscan acordar con los gobernador­es, así como la reducción del impuesto al cheque que haría la Nación como parte de la reforma impositiva. Pero para todo eso falta, son más datos del 2018 que del 2017. ■

En noviembre habrá ajustes de tarifas de gas y luz. El precio de la nafta ya se empezó a mover. La inversión y la obra pública son las otras variables que pesan en la actividad.

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Confianza. Ministro Nicolás Dujovne. El Gobierno argumenta que crecen las inversione­s.
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