Las razones que demoran la visita
Seguramente, muchos argentinos vincularán el desmentido del Vaticano de este viernes acerca de que el Papa Francisco “no tiene previsto” visitar su país el año que viene como una confirmación de que el Pontífice no simpatiza con el presidente Mauricio Macri. Pero, en verdad, la precisión formulada por el vocero papal, Greg Burke, no tiene nada que ver con el gobierno, sino con recientes declaraciones de los principales referentes de la Iglesia en el país, que consideraron que el viaje estaba próximo. Esto, según pudo establecer Clarín en medios vaticanos, fue tomado como una presión cuando todavía para el Pontífice y la Santa Sede no están dadas las condiciones para concretarlo.
De hecho, Burke fue consultado por algunos periodistas luego de que el presidente del Episcopado, monseñor José María Arancedo, dijera al diario La Nación: “No hay una agenda preparada, pero yo me animaría a decir que está cerca. Dios quiera que sea el próximo año”.
Con todo, es cierto que la demora de Francisco en venir afecta el deseo de buena parte del gobierno. Hay que reconocer que el oficialismo venía alentando el viaje, pero con mucha discreción porque era consciente de que cualquier declaración altisonante podía ser leída en Roma, precisamente, como una presión. Por eso, la Cancillería se molestó cuando un periodista interpretó la visita que hará al país en noviembre el canciller del Vaticano, el arzobispo británico Paul Gallagher, como parte de los preparativos del viaje del Papa al país. “Nada que ver, la presencia de monseñor Gallagher está prevista desde hace mucho tiempo a partir de una invitación que le hizo Susana Malcorra cuando era la ministra de Relaciones Exteriores”, aclararon.
Hubo, sin embargo, en agosto un significativo gesto de la Casa Rosada hacia el Vaticano para allanar el viaje que aquí pasó casi desapercibido. El jefe de Gabinete, Marcos Peña – a quien se le achaca haber tenido una relación complicada con Jorge Bergoglio cuando era arzobispo de Buenos Aires-, elogió sin retaceos al Papa y consideró que una eventual visita del pontífice a la Argentina “sería algo maravilloso para todos los argentinos”.
No obstante, Peña –en línea con el criterio de la Cancillería-, señaló que “no hay que entrar en una discusión para presionar” por su venida al país. De todas formas, afirmó que “como argentinos nos encantaría tenerlo aquí”. ■