La policía catalana ahora afirma que cerrará los sitios de votación
Lo dijo el jefe de los Mossos d’Esquadra. El operativo iniciará a las 6. Aclaró que será sin violencia.
La gran incógnita era saber si la policía catalana, los Mossos d’Esquadra, acatarían la orden judicial de cerrar los centros de votación elegidos por el gobierno local. Ayer, el jefe de la institución, Jospe Lluis Trapero, confirmó que están dispuestos a hacerlo, aunque de una manera muy cautelosa, y dejando el problema mayor a la policía española.
A través de un comunicado distribuido en forma interna, pero al que tuvieron acceso algunas agencias internacionales, Trapero les informa sus hombres que cumplirán la orden recibida del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), de cerrar los 2.315 centros de votación, la mayoría de ellos en las escuelas, a las 6 de la mañana del domingo para evitar que se celebrara el referéndum. Señala que se deben identificar las personas que se encuentran en el interior, hacerlas salir y requisar el material.
Una misión muy difícil teniendo en cuenta que muchos independentistas ingresaron en los colegios antes de que los Mossos d’Esquadra bloquearan los accesos, con la excusa de realizar fiestas infantiles o actos escolares. La idea de estos grupos es permanecer en el lugar hasta el domingo y así evitar el cierre.
El entramado de órdenes y contraordenes que vienen de la Justicia y de los poderes políticos puso en un lugar incómodo a la policía local catalana. Ante este escabroso escenario, Trapero pidió especialmente a sus agentes que no apelen a la violencia bajo ninguna circunstancia. “El uso de la fuerza deberá limitarse a acompañar a las personas fuera de los centros o para abrir paso para la policía”, sostuvo en el comunicado interno.
El uso de la fuerza, agrega, “se habrá de limitar a aquellos casos en que se haya de garantizar la seguridad propia o de terceros y siempre que no haya otra opción menos lesiva”.
Trapero remarcó a los agentes que “se ha de ser especialmente restrictivo y cuidadoso con el uso de la fuerza”. Y destaca puntualmente que “los policías no podrán usar en ningún caso las porras ante la desobediencia pasiva”.
En un intento por dar tranquilidad a sus hombres, el jefe policial señaló que el propósito del dispositivo es “dar cumplimiento a los requerimientos institucionales, autoridades judiciales, fiscalía o ciudadanos”, y que el “objetivo es garantizar la seguridad de todos los ciudadanos ”.
Ante la posibilidad de que haya un desborde de la situación, Trapero explica que ante cualquier duda o inquietud los agentes deben recurrir a sus mandos directos, quienes les darán “instrucciones claras y precisas sobre las actuaciones a llevar en cada momento”.
En uno de los últimos párrafos les pide que deben “evitar que el desarrollo de las concentraciones o manifestaciones ciudadanos puedan desembocar en situaciones de desórdenes públicos con peligro para las personas o bienes”.
El presidente del gobierno catalán, Carles Puigdemont, aprovechó la coyuntura para introducir una cuña política entre los distintas entes policiales que actuarán en este polémico referéndum. Dijo que le gustaría que el resto de las fuerzas de seguridad -Policía nacional y Guardia Civil- “actuaran con el mismo criterio que los Mossos, no por criterios políticos, no por órdenes políticas, sino por criterios policiales y profesionales”.