Por primera vez, el ELN y el gobierno colombiano iniciaron una tregua
Será hasta el 9 de enero. Es parte del diálogo de paz, iniciado en febrero, para cerrar el último conflicto en la región.
Después de medio siglo de feroz enfrentamiento, la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las fuerzas armadas están desde ayer por primera vez comprometidos en una tregua en Colombia. Tras el inicio en febrero de una negociación de paz en Quito, el gobierno y los rebeldes pactaron un alto al fuego que empezó a regir desde la medianoche de ayer y se extenderá hasta el 9 de enero.
Es la primera vez que el ELN acepta una medida de este tipo desde que se levantó en armas en 1964. Con este acuerdo, las partes pretenden avanzar hacia la terminación definitiva del último conflicto en América, tras el convenio que alcanzó el presidente colombiano Juan Manuel Santos con las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y que permitió el desarme de esa poderosa guerrilla y su transformación en partido político.
“A partir de este momento, y como lo dijo nuestro Comandante Nicolás Rodríguez, el ELN cumplirá el cese al fuego bilateral de manera plena”, dijo la delegación de paz del grupo insurgente en su cuenta de Twitter.
Sin embargo, el alto al fuego estu- vo precedido de una jornada violenta que dejó cinco muertos, incluidos tres policías y un líder del ELN. Los uniformados fueron emboscados en una zona del suroeste donde, según la policía, opera el grupo en tregua y disidentes de las FARC que se apartaron del proceso de paz. Las primeras pistas apuntan hacia los segundos como responsables del ataque. Entretanto, el ejército anunció la muerte de un jefe del ELN, conocido como “Carro Loco”, durante una operación de comandos especiales el sábado en el noreste del país.
La agrupación guevarista había lanzado una ofensiva en los días previos que afectó uno de los principales oleoductos del país y dejó un soldado muerto. El derrame de crudo contaminó varios ríos de los departamentos de Norte de Santander y Arauca, fronterizos con Venezuela.
Aun así, Santos confía en que el cese de acciones “sea el primer paso para lograr la paz” con el ELN, la última guerrilla activa que reconoce el gobierno. “Como en toda tregua hay riesgo de incidentes, pero las dos partes están muy maduras y las órdenes que han dado son muy explícitas y muestran que la voluntad de paz es real”, dijo a la AFP el politólogo Víctor De Currea-Lugo, experto en la agrupación insurgente.
El alto al fuego con el ELN, de raíces cristianas y que nació bajo el influjo de la Revolución cubana, va más allá del terreno militar. Con unos 1.500 combatientes desplegados, los rebeldes se comprometieron a detener los ataques petroleros, la toma de rehenes, el reclutamiento de menores de 15 años y la siembra de artefactos explosivos.
El gobierno, por su parte, deberá mejorar las condiciones carcelarias de unos 450 guerrilleros y fortalecer la protección a líderes sociales y de derechos humanos, blanco de ataques que dejan 190 muertos desde enero de 2016, según la Defensoría del Pueblo. También el ELN aceptó analizar “la liberación de los secuestrados que ya tiene en su poder”, según el jefe negociador del gobierno, Juan Camilo Restrepo. Un mecanismo conformado por la ONU, el gobierno, los rebeldes y la Iglesia católica verificará la tregua sobre el terreno.
Naciones Unidas desplegará observadores en los 33 municipios con mayor presencia del ELN, mientras la Iglesia acompañará al mecanismo desde 20 diócesis. El alto el fuego puede ser prorrogado de acuerdo con el avance de las negociaciones. ■