En Luján, Poli pidió renunciar a “todo gesto de violencia e intolerancia”
Fue el eje de la homilía en la misa de cierre. Miles de fieles debieron soportar la lluvia y el granizo para llegar.
En el cierre de la peregrinación juvenil a Luján -la manifestación de fe más importante del país-, la Iglesia hizo ayer una fuerte invocación para que los argentinos renuncien a toda forma de violencia, discriminación e intolerancia y construyan una nación en paz.
El ruego fue elevado por el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Poli, durante la homilía de la misa de clausura de la tradicional marcha, cuyas últimas horas transcurrieron en medio de un aguacero que incluyó la caída de granizo. Ello determinó que el oficio religioso se hiciera dentro de la basílica y no en sus escalinatas, de cara a la plaza.
“Pidámosle a la Virgen de Luján que nos ayude a renunciar a todo sentimiento de violencia, de discriminación, de intolerancia”, dijo Poli tras exclamar: “¡Qué necesidad de paz tenemos los argentinos!”. El purpurado apeló al lema de la peregrinación de este año -la número 43- que es, justamente, “Madre: enseñanos a construir la paz”.
El cardenal Poli había iniciado la homilía señalando que en la peregrinación a Luján “no hay división” y que ésa es “la unidad que queremos para nuestra patria”. Como también la paz con la que se camina, ya que “si hay paz, todo se puede construir”, pero puntualizó que “la paz comienza en nuestro corazón”.
El grueso de los peregrinos había partido el sábado al mediodía en el cruce de las avenidas Rivadavia y General Paz, en el barrio de Liniers. La imagen cabecera de la Virgen comenzó a ser transportada a las 12 desde el lindero santuario de San Cayetano, tal como es la costumbre.
Si bien inicialmente el tiempo acompañó, a la madrugada -tal como estaba pronosticado- se desató una fuerte tormenta que obligó a muchos a desertar, mientras que otros tantos resistieron y siguieron adelante, llegando al santuario, en el oeste del gran Buenos Aires, tras recorrer 63 kilómetros.
Al término de la ceremonia religiosa, el cardenal Poli bendijo y entronizó en el templo una imagen del santo Cura Brochero llevada a Luján por un grupo de jóvenes de la Villa 21 del barrio porteño de Barracas. En el interior del santuario mariano se sacaron los bancos para dar lugar a una mayor cantidad de peregrinos, que no ocultaron su cansancio y elevaban sus plegarias a la Virgen sentados o acostados en el piso.
“Valió la pena la caminata y la mojadura. Dios todo lo puede, la fe y el amor a la Virgen nos dio las fuerzas para seguir”, dijo a la agencia DyN un hombre con sus ropas mojadas. Una mujer contó que durante el camino tuvo que soportar lluvia y granizo, pero manifestó su alegría de haber llegado y de “cumplirle a la Madre que tantas gracias nos ha dado este año”.
Si bien la caminata se desarrolló en un clima religioso festivo, la inminencia de las elecciones llevó a que en un tramo un grupo de simpatizantes kirchneristas repartiera reproducciones de la imagen de la ex presidenta Cristina Kirchner con el papa Francisco en el Vaticano. ■
Al final de la ceremonia, el cardenal Poli bendijo y entronizó una imagen del santo Cura Brochero.