Una duda flotando
El de Chascomús dijo que no jugó por razones “extradeportivas” y el marplatense, porque quiso estar en familia.
Fue uno de los jugadores que decidió no participar en la serie ante Kazajstán, donde la Argentina descendió. Ahora dijo que “hubo manejos extradeportivos que no me gustaron”. Pero no quiso dar detalles.
Todavía suenan fuerte los ecos del descenso de Argentina, campeón de la edición 2016, a la Zona Americana I de la Copa Davis. Más aún cuando algunos de los deportistas que optaron por no jugar en Kazajistán están a días de disputar un torneo justamente en Buenos Aires: el Challenger que se jugará en el club “El Abierto” del 7 al 15 de octubre. Es el caso de Carlos Berlocq y de Horacio Zeballos, quienes se bajaron del repechaje de la Davis por diferentes razones. Y ayer cada uno dio explicaciones en la presentación del torneo.
Berlocq manifestó que había decidido hacerse a un costado del equipo argentino por motivos “extradeportivos” y agregó que su eventual regreso es una incógnita. “En mi cabeza siempre está jugar la Copa Davis, pero sé que para jugar en 2018 tengo que ganar muchos partidos para estar convocado”, aseguró el oriundo de Chascomús, quien en cambio había dicho presente en la serie de primera ronda ante Italia, en Parque Sarmiento.
Acerca de por qué no disputó la serie ante Kazajistán, subrayó: “Hubo algunos hechos extradeportivos que no me gustaron en cuanto a cómo se manejaron y por eso decidí no participar en lo que quedaba de este año”. No quiso ahondar en cuáles fueron esos hechos.
Zeballos tampoco evitó los micrófonos pero sí dejó muchas dudas con respecto a una posible participación en la próxima temporada. “Con Charly compartimos muchas series y dimos lo mejor para que Argentina quede lo mejor representada posible, pero para la última serie quise disfrutar de mi familia porque en lo que va de este año viajé durante mucho tiempo”, aseguró.
El actual 69° del mundo optó por no participar del repechaje ante Kazajistán, aunque a la semana siguiente jugó en el Abierto de San Petersburgo, en Rusia, donde disputó los cuadros de singles y de dobles.
El marplatense afirmó que a los 32 años sus prioridades como tenista profesional tomaron otro rumbo. “Los desafíos que intento buscar ahora son más bien personales. Ahora elijo estar con mi hija, mi familia y mis amigos, que van a estar presentes en este torneo”, cerró con contundencia.
El panorama argentino en la Copa Davis para el futuro sigue siendo entonces poco claro, justo cuando más necesita recomponerse para poder volver a la elite. ■