Los primeros contraventores en ir al calabozo, hace dos años
El 18 de julio de 2015 un conductur particular y un taxista inauguraron la cárcel de contraventores, ambos por casos de alcoholemia positiva.
El conductor particular fue un joven de 21 años al que detuvieron de madrugada en el peaje de Parque Avellaneda de la autopista Perito Moreno. La empleada de la cabina notó que tenía un fuerte olor a alcohol y que hablaba incoherencias. Por eso llamó a la policía, que al hacer el control le encontró que el conductor tenía una alcoholemia de 1,7 gramos por litro. El infractor aceptó un día de prisión y que le retuvieran el registro por tres semanas.
El otro caso fue el de un taxista peruano de 24 años, que chocó contra un auto en Flores. Le encontraron 2,3 gramos de alcohol por litro de sangre, casi cinco veces el máximo. De hecho, por el estado de ebriedad no podía bajarse del auto. Lo conde- naron a dos días de prisión.
La cárcel de contraventores queda en Beazley 3860, en Pompeya, donde antes funcionaba la editorial Santillana. La construyó el Consejo de la Magistratura de la Ciudad, y la abrieron en junio de 2015. Cuenta con seis calabozos para hombres y cuatro para mujeres, más consultorio médico, un patio al aire libre y salones de usos múltiples. La condena máxima puede llegar a 90 días.