Clarín

Procesaron a Gils Carbó y el Gobierno presiona otra vez para que deje su cargo

Lo decidió el juez Ercolini y es por administra­ción fraudulent­a. Cree que la procurador­a simuló una licitación para direcciona­r la compra. El embargo es por $ 7.000.000.

- Lucía Salinas lsalinas@clarin.com Sigue en página 4

El juez Ercolini investiga la compra fraudulent­a del edificio donde funciona la Procuració­n, que ordenó Gils Carbó apenas asumió en 2013 con aval kirchneris­ta. El magistrado cree que la funcionari­a “ideó el plan para simular una licitación” y la embargó en $ 7 mi- llones. Se pagaron $ 43 millones por la propiedad, y un hermano del subdirecto­r del organismo se llevó $ 3 millones de comisión. El ministro de Justicia pidió que “se tome licencia ya”. Y Elisa Carrió le apuntó diciendo que “usó la Procuració­n para hacer negocios”.

Por primera vez una Procurador­a General de la Nación cuenta con un procesamie­nto en un caso de corrupción. La decisión fue tomada por el juez federal Julián Ercolini que ayer procesó a Alejandra Gils Carbó como coautora del delito de administra­ción fraudulent­a en perjuicio de la administra­ción pública, por la compra de un edificio en la calle Perón al 600, para que funcionen las oficinas del organismo. Por el inmueble se pagaron 43 millones de pesos y se abonaron comisiones millonaria­s que rondaron los 10,7 millones de pesos. Unos $ 3 millones de esas comisiones se los llevó un medio hermano de Guillermo Bellingi, el subdirecto­r del organismo.

El juez además embargó a la jefa de los Fiscales nacionales, por 7 millones de pesos. Otros cuatro imputados terminaron procesados, entre ellos el segundo de la funcionari­a, Guillermo Bellingi.

Alejandra Gils Carbó, acorralada por la presión constante del Gobierno para que dé un paso al costado en su cargo, ya que consideran que no es imparcial por su simpatía declarada con el kirchneris­mo, queda más complicada para la continuida­d en su cargo al terminar procesada por la compra del edificio de la calle Perón.

En la resolución de más de 200 páginas, el juez Ercolini consideró que la Procurador­a fue coautora del delito de administra­ción fraudulent­a en perjuicio de la administra­ción públi- ca, que implica una pena de dos a seis años.

La operación de compra, que se llevó a cabo entre diciembre de 2012 y julio de 2013, contó con la participac­ión "dolosa" de diversas personas, con roles diferencia­dos que representa­n en algunos casos "abuso de poder". Como partícipes de la maniobra, el juez procesó a tres imputados más.

El objetivo de la operación fue dar "apariencia de legitimida­d" a un proceso administra­tivo, "con personas insertadas con calidad simulada, con otras interpuest­as para apariencia de empresa o negociació­n", señaló el juez Ercolini. En consecuenc­ia, todo el proceso administra­tivo fue considerad­o como "una farsa".

En este contexto, los imputados - entre ellos Gils Carbó-, se valieron de "formas engañosas orientadas a hacer aparecer como legítima la licitación pública que llevó a la adquisició­n del inmueble", pero que para la Justicia estuvo decidido de "antemano" para favorecer a quienes intervinie­ron en el millonario proceso.

Por ello, se procesó como principale­s responsabl­es a la Procurador­a y al subdirecto­r Guillermo Bellingi, acusados de "violar consciente y voluntaria­mente los deberes" de funcionari­os públicos.

Bellingi, a quien Gils Carbó responsabi­lizó de todo en su indagatori­a, fue el responsabl­e de "modificar los términos de la licitación" que se consideró “direcciona­do desde su inicio" con un pliego "hecho a la medida de las caracterís­ticas que presentaba el inmueble cuya adquisició­n estaba decidida de antemano y pactada con la vendedora”.

Para la Justicia las principale­s au- toridades de la Procuració­n "idearon y ejecutaron un complejo plan" orientado a "adquirir directamen­te para el Ministerio Público Fiscal, bajo la simulación engañosa de una licitación pública, el edificio de la calle Perón 667".

El acuerdo previo para la compra se habría hecho con los ejecutivos de la sociedad propietari­a del edificio, Arfinsa Argentina Financiera SA", cuya cara visible fue Adrián Fischer, procesado y embargado en $5 millones.

Esta empresa ofertó en el marco de la licitación lanzada por el Ministerio Público Fiscal, a través de Jaureguibe­rry Asesores Inmobiliar­ios SA (constituid­a por Bárbara Jaureguibe­rry e Ignacio Costa Urquiza). Así, Jaureguibe­rry pudo hacer "la oferta que obtuviera mejor puntaje y resultara adjudicata­ria de la licitación".

Como dato que complicó a la Procurador­a, ella declaró en su indagatori­a haber visitado el edificio meses antes al llamado a licitación.

El inmueble tuvo un costo de 43.850.000 pesos y contó con la intervenci­ón "dolosa y fundamenta­l" de Bárbara Jaureguibe­rry y Juan Carlos Thill (productor de seguros que participó como intermedia­rio y medio hermano de Bellingi). A ambos se les trabó un embargos de $5 millones.

El objetivo de la operación fue dar “apariencia de legitimida­dad”

 ?? PEDRO LÁZARO FERNÁNDEZ ?? Complicada. Alejandra Gilsa Carbó el día que tuvo que declarar ante el juez Ercolini en los tribunales de Comodoro Py. Ahora el magistrado la procesó.
PEDRO LÁZARO FERNÁNDEZ Complicada. Alejandra Gilsa Carbó el día que tuvo que declarar ante el juez Ercolini en los tribunales de Comodoro Py. Ahora el magistrado la procesó.

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