Después de diez años de discordia, se reconcilian las dos facciones palestinas
Son Al Fatah en Cisjordania y Hamas en Gaza. Pactaron la paz en Egipto y con la venia de EE.UU.
Luz eléctrica y un paso abierto con el país vecino. Avances que en el resto del mundo se dan por garantizados, para dos millones de personas que viven en la Franja de Gaza están un poco más cerca de hacerse realidad gracias a la paz firmada ayer entre las organizaciones palestinas Al Fatah y Hamas.
Con la mediación de Egipto y la venia de Estados Unidos, las hasta ahora organizaciones políticas rivales firmaron en El Cairo un acuerdo que, si tiene éxito, pondría fin a un enfrentamiento comenzado en 2007 cuando Hamas expulsó de la Franja de Gaza a Al Fatah, el principal partido de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), a cargo de los territorios en Cisjordania.
La hoja de ruta incluye una segunda reunión entre los líderes palestinos el 21 de noviembre para comenzar el gobierno conjunto de Gaza el 1 de diciembre. En lo concreto también podría significar un fin al racionamiento de electricidad, que hoy solo llega
unas horas al día, y la apertura por parte de Egipto de su frontera en Rafah, un paso vital para Gaza que además sería custodiado por la guardia presidencial de Mahmoud Abbas, presidente de la ANP.
“Celebro el acuerdo”, dijo Abbas. No se descarta que otra de las posibles consecuencias del arreglo sea su viaje en noviembre a Gaza, territorio que no ha pisado desde que su organización fue expulsada por Hamas en 2007.
Queda por escribir en el acuerdo cómo enfrentarán las próximas elecciones, la política oficial hacia Israel y el destino de los 25 mil militantes del brazo armado de Hamas, el problema que más preocupa a Israel y por el que considera una organización te- rrorista a Hamas, que ha recibido apoyos y financiación por parte de Qatar y de Irán.
Gran parte de la población de Gaza también se reserva el optimismo porque no es la primera vez que las dos organizaciones palestinas alcanzan un acuerdo: el que también firmaron en El Cairo en 2011 terminó en agua de borrajas. De acuerdo con el diario The New York Times, el firmado ayer por el enviado de Al Fatah, Azzam al Ahmad; y por el vicepresidente del buró político de Hamas, Saleh al Arouri; es más sólido porque además del egipcio tiene el respaldo de Estados Unidos, de Arabia Saudí y de los Emiratos Árabes Unidos.
Que Hamas haya aceptado hacer las paces ahora es una muestra de su debilidad, tras años de aislamiento y empobrecimiento progresivo para la población de Gaza.
A Egipto, cuyos servicios de inteligencia oficiaron ayer de anfitriones, el acuerdo entre palestinos le ayuda en un problema doméstico: el gobierno de Abdel Fattah al-Sisi está tratando de terminar con un movimiento insurgente islamista en la península del Sinaí que, según dicen en El Cairo, busca refugio médico en Gaza cada vez que tiene heridos.
Para Egipto, Emiratos y Arabia Saudí, socavar la hegemonía de Hamas en Gaza es también una forma de terminar con la influencia de Qatar en la zona, el país del Golfo Pérsico contra el que impusieron en junio un bloqueo bajo acusaciones de patrocinar al terrorismo. ■