Récord de público en la Fiesta Nacional española, marcada por la crisis catalana
El rey Felipe VI encabezó los actos, en medio de un particular fervor nacionalista ante el desafío separatista.
Una enorme multitud, cuya presencia batió el record absoluto en relación a actos similares, festejó ayer con gran fervor la Fiesta Nacional de España. Este acontecimiento está ín- timamente vinculado a la crisis catalana, ya que ha exacerbado la expresiones de patriotismo y unidad .
Una gran cantidad de banderas y todo tipo de enseñas rojas y gualdas, se multiplicaron en el lugar del desfile en el Paseo de la Castellana. Era tan elevada la cantidad de gente, que comenzó a llegar desde las 8.30 de la mañana cuando el acto comenzó a las 12, que la extensión de la parada militar tuvo que ser extendida dos veces y ni así se logró acomodar a la multitud que debió mirar desde lejos.
Esta fue la evidencia de que el acontecimiento estaba directamente vinculado al fuerte impacto sobre todo emocional pero también políti- co e histórico de la peor crisis institucional que ha vivido la democracia española. Plagado de incertidumbres, indignación y presentimientos.
No hubo incidentes, ni pancartas agresivas tal como habían reclamado las autoridades. Los grupos franquistas de ultraderecha que siempre hicieron sentir su presencia con actos provocadores se evaporaron porque se les advirtió que no serían bien recibidos. NI siquiera aparecieron las banderas no constitucionales con la “gallina”, el águila del imperio que exhibía el régimen de Franco.
La pésima noticia, que ha sumido a España en un profundo dolor, es que uno de los pilotos que participó en el desfile, falleció al estrellarse en una maniobra de aproximación a su base aérea cuando regresaba de Madrid.
El tema catalán estuvo presente por declaraciones de la personalidad más importante en el tema, María Dolores de Cospedal, ministra de Defensa. Dijo que que tiene “la casi completa seguridad de que no va a ser necesaria” la intervención de las Fuerzas Armadas en la crisis catalana, aunque éstas tienen la obligación de “estar preparadas” para defender su país dentro y fuera de sus fronteras.
Los actos, como siempre se multiplicaron en toda España. El más importante en Cataluña, donde tuvo lugar una marcha con miles de perso- nas ondeando banderas españolas .
La llegada de los Reyes, las personalidades más populares según los sondeos, marcó en Madrid el comienzo de los numerosos actos. Los acompañaban la Princesa de Asturias, Leonor, y la Infanta Sofía.
Un hecho poco usual se produjo cuando llegó el presidente Mariano Rajoy, que siempre ha cosechado silbidos y abucheos y escasos aplausos que esta vez se prodigaron con entusiasmo. El conflicto en Cataluña le ha hecho ganar prestigio al titular del Ejecutivo y votos en los sondeos.
Estaban presentes toda la escala de autoridades de las principales entidades del Estado, los dirigentes políticos al completo y los presidentes de las comunidades autónomas menos Carles Puigdemont (Cataluña), del París Vasco y de Navarra.
Por primera vez se unió al desfile la Policía Nacional que, con la Guardia Civil, cosecharon los más nutridos aplausos y ovaciones populares después de los monarcas. Los acontecimientos en Cataluña ha proporcionado un prestigio extraordinario a ambas fuerzas de seguridad. ■