El rock le debe a Lionel Messi una canción
Con la postergación horaria del concierto de U2, el martes en el Estadio Único de La Plata, el rock y el fútbol avanzaron un paso más en la afiatada relación que han sabido construir a lo largo de los años. Para los que no se enteraron, Bono y los suyos decidieron retrasar el inicio de su show para que en las pantallas gigantes del estadio se pudiera ver el partido decisivo entre Ecuador y la Argentina, que nos terminó clasificando al Mundial de Rusia del año próximo.
Tanto los integrantes de la banda irlandesa como el empresario que los trajo (el histórico Daniel Grinbank, que estuvo muy vinculado al Club Atlético Independiente) son muy futboleros, por lo que la decisión salió fácil. Al momento de evaluar la postergación, U2 sabía que si la Argentina no lograba la clasificación iba a ser un show duro de remontar por el ánimo caído de los espectadores. Pero que si lo hacía, como finalmente sucedió, la energía extra de la gente les iba a jugar a favor. The Edge, el guitarrista, le explicó a Clarín otra cuestión que tuvieron en cuenta: no querían que los espectadores estuvieran pendientes de sus celulares, buscando información del partido, durante el show. Y políticamente correctos como son, también se preocuparon porque se extendiera el horario de los transportes públicos y que la gente pudiera acceder a ellos al término del concierto. Con el resultado puesto, The Edge le agradeció a Messi por haberles “acondicionado tan bien el show”.
Esta decisión que alegró a la mayoría, tuvo algunas voces disidentes que se expresaron mayormente en las redes sociales. Claro, no a todos les interesa el fútbol y muchos hicieron el esfuerzo de viajar a La Plata un martes y debieron volver a sus casas en la madrugada del miércoles, más tarde de lo previsto. “En el estadio no vi a nadie quejándose porque estaban dando el partido”, minimizó un amigo rockero y futbolero. Hubiera sido raro que alguien, en medio de la masa, gritara a viva voz que sacaran el fútbol de las pantallas. Podían estar en disidencia, pero no buscaban suicidarse.
Pero así como U2 zanjó con altura una parada difícil (reconozcámoslo, más difícil la tenían Messi y compañía), no siempre la relación rock y fútbol encuentra tan buenos intérpretes. De caminos opuestos en el principio del rock ar- gentino -el rock se consideraba demasiado intelectual como para mezclarse con algo tan visceral como el balompié, aunque siempre hubo excepciones-, la futbolización del rock hizo que muchas bandas y solistas le dedicaran canciones al deporte, aunque algunos no vieran un fútbol. La recompensa vino con la aceptación popular y con hinchadas adaptando las melodías de esas bandas a sus cantitos tribuneros.
Sin embargo, el primero en cantarle a Diego no fue precisamente un argentino, sino un francés de padre gallego: Manu Chao, que liderando a Mano Negra, hizo de Santa Maradona un himno rockero-futbolero. De acá vinieron luego Los Piojos, con Marado, Andrés Calamaro con su
Maradona (y la claridad meridiana del primer verso “Maradona no es una persona cualquiera”) y hasta Juanse, que adaptó el Para siempre que había escrito con el propio Calamaro, con una letra sobre el Diez (“Quisiera ver al Diego para siempre, gambeteando por toda la eternidad”). Esto por nombrar sólo las más conocidas y de músicos más populares. Porque canciones para Maradona hay muchísimas y no únicamente en el rock.
¿Y a Messi, cómo lo trata el rock? Si bien tiene muchas cumbias dedicadas, todavía no se popularizó ninguna canción del género sobre el capitán del seleccionado, tal vez porque no hay grandes figuras que hayan escrito sobre él. Apenas una de Coti, El Messi As. Y podrían sumarse algunas más unders, como las de Joe Fernández o Los Echeverría. Pero el rock le debe a Lio algún gran tema. ¿Podrán hacerlo Los Cafres, banda de la que el rosarino es fan confeso? ¿O deberá hacerlo U2, en recompensa por ese show tan bien acondicionado que tuvieron en La Plata?
The Edge, el guitarrista de U2, le agradeció a Messi por “haberles acondicionado tan bien el show”.