Otra huelga salvaje paralizó 115 vuelos y a 42.000 turistas
Ayer, desde las 6 de la mañana, no hubo partidas de Aerolíneas ni de Austral. Aeroparque y Ezeiza fueron un caos. Todo fue por un reclamo salarial de gremios aéreos, a 8 días de la elección. Hoy habrá dificultades por la reprogramación de vuelos.
Fue un día caliente para salir de viaje (y puede volver a complicarse). Justo ayer, que arrancaba el fin de semana largo por el Día de la Madre y que las autoridades de Aerolíneas se disponían a celebrar un nuevo récord de pasajes vendidos. A las 6 de la mañana, cuando miles de turistas llegaban a Aeroparque y Ezeiza para partir en plan de descanso, los sorprendió lo inesperado: mostradores vacíos y vuelos paralizados por asambleas de trabajadores aeronáuticos, que reclaman un aumento salarial del 26% y por ahora están lejos de aceptar el 16% (más cláusula gatillo por inflación, lo que redondearía en 20%) que ofrecen Aerolíneas y Austral.
Fueron 115 vuelos cancelados. Según datos oficiales, de 41.660 pasaje- ros que tenían previsto volar, a las siete de la tarde solo 18.512 lo habían conseguido. La medida fue promocionada por los gremios como un cese de tareas, pero para el Gobierno se trató de un paro.
Hubo bronca y resignación porque muchos viajeros directamente perdieron el primero de los tres días previstos de mini vacaciones. Otros di- rectamente pidieron la devolución del dinero. Y también hubo mucho tedio porque la reprogramación de las operaciones fue compleja. Voceros de la compañía admitieron a Clarín que es imposible reacomodar a todos los perjudicados en un sólo día y que por lo tanto habrá inconvenientes hoy y también mañana, ya que la mayoría de los vuelos parte con un 90% de ocupación promedio.
La medida se levantó después de las ocho, pero a esa altura el caos ya estaba sembrado. Ezeiza y Aeroparque vivieron una mañana y una tarde terrible, de gente agolpada en mostradores, de gente nerviosa, de insultos, reclamos y viajeros tirados en el piso, sobre sus maletas, rezando para poder despegar y no perder el receso tan esperado.
Por la tarde, representantes de los gremios aeronáuticos APA, APTA, UPSA, UALA y APLA se sentaron con las autoridades de la empresa en el Ministerio de Trabajo y resolvieron pasar la discusión salarial a un cuarto intermedio hasta el martes. Nadie garantizó, sin embargo, que las protestas repentinas no volverán.
En tanto, el presidente de Aerolíneas Argentinas, Mario Dell’Acqua, se lamentó por lo ocurrido: “No tenemos ninguna certeza de que no vuelva a pasar. Vamos a hacer todo lo posible para no afectar a los pasajeros. Venimos con una operación muy buena todo el año y esto es lo que más nos molesta. Trabajamos mucho para tener récords pasajeros, puntualidad, mejores rutas. Esto nos da en en el medio del hígado”, dijo Dell’Acqua. Le preguntaron si consideraba que la acción sindical era política y cuestionó duramente a los trabajadores: “Sí, hay gremios alineados con el kirchnerismo, pero no vamos a movernos ni un centímetro por este apriete que nos están haciendo”, dijo Dell’Aqcua.
El funcionario explicó que la negociación paritaria está abierta desde “hace 45 días” y que “después del 42% que dimos el año pasado a nuestros
El presidente de Aerolíneas estimó que el sueldo promedio de un empleado es de $ 70 mil
trabajadores entendemos que el nivel salarial es muy bueno a nivel de la industria, y ni hablar de otras empresas del Estado”. Calculó que la empresa tiene 12.300 trabajadores de distintas profesiones y escalas salariales, pero estimó que el sueldo promedio de un empleado de Aerolíneas des de 70.000 pesos.
La compañía ofreció un 16% de aumento más cláusula gatillo, pero los gremios “piden por arriba del 22% y 24% porque son distintos colectivos y distintos pedidos”. “Estamos abiertos a la cláusula gatillo para mantener un buen nivel salarial y proteger a los trabajadores de la inflación, pero no podemos dar cosas que no sean razonables”, concluyó. ■