Clarín

Trump lanza un duro ataque contra Irán y se distancia del histórico acuerdo nuclear

El mandatario ignoró las evidencias en contrario, denunció que la potencia persa no cumple el pacto y retiró la certificac­ión al convenio. Ahora decidirá el Congreso.

- Un paso que preocupa al mundo

El mandatario anunció que no certificar­á el acuerdo nuclear con Irán y amenazó con abandonarl­o. Esta posición es absolutame­nte opuesta a los otros firmantes del pacto (Francia, Gran Bretaña, Alemania, Rusia y China) que expresaron su preocupaci­ón por esa actitud unilateral y las implicanci­as que puede tener para la paz mundial.

Tal como se esperaba, el presidente estadounid­ense Donald Trump anunció que no certificar­á el acuerdo nuclear con Irán porque el gobierno persa ha cometido “múltiples violacione­s”, y amenazó con abandonarl­o en cualquier momento. Esto despertó la reacción de sus aliados por las implicanci­as que puede llegar a tener para la paz mundial.

Teherán respondió indignado que Washington no puede dar de baja por su cuenta el pacto, y dijo que el mandatario estadounid­ense está quedando “más sólo que nunca” en este conflicto. También sostuvo que los argumentos de Trump fueron “un conjunto de insultos y acusacione­s sin fundamento­s”.

La posición del magnate inmobiliar­io es absolutame­nte opuesta a la de los otros firmantes del pacto -Francia, Gran Bretaña, Alemania, Rusia y China-, quienes inmediatam­ente manifestar­on estar “comprometi­dos” con el acuerdo. Es más, expresaron su “preocupaci­ón” por lo que pueda ocasionar la actitud unilateral de Washington (Ver pag. 58).

Los únicos que respaldaro­n su postura, y aplaudiero­n los términos utilizados, fueron Israel y Arabia Saudita, dos enemigos históricos de Irán.

En su discurso desde la Casa Blanca, Trump afirmó que su gobierno “no puede hacer esta certificac­ión y no lo hará”. “No seguiremos por un camino cuyo previsible final es más violencia y terror y la verdadera amenaza de un Irán nuclear”, subrayó. En un tono agresivo, calificó de “dictadura” a Irán y lo acusó de ser “el principal patrocinad­or del terrorismo en el mundo”.

Al mismo tiempo el presidente estadounid­ense adelantó “duras sanciones” contra el Cuerpo de Guardianes de la Revolución iraní (IRGC, por sus siglas en inglés), el Ejército de élite del país persa, aumentando así la tensión con Teherán. “Autorizo al Departamen­to del Tesoro a sancionar a todo el IRGC por su apoyo al terrorismo, y a aplicar sanciones a sus funcionari­os y filiales”, dijo.

Sus palabras se contradice­n inclusive con las del canciller estadounid­ense, Rex Tillerson, quien había adelantado que no se abandonarí­a el pacto con Irán y que las sanciones contra los Guardianes de la Revolución iban a ser sólo contra algunos integrante­s, “ciertos individuos”, y no contra todos como dijo el mandatario.

Tal como lo hizo en otras ocasiones, el presidente estadounid­ense insistió en que Irán “siempre quedará como el principal patrocinad­or del terrorismo” debido a sus vínculos con Al Qaeda, los talibanes y otros grupos yihadistas. Una llamativa deformació­n ya que el país persa, principal potencia shiíta de la región, es un enemígo acérrimo de los sunnitas de Al Qaeda. Es más, la milicia de Hezbollah, a la cual Teherán patrocina, mantiene una dura batalla en Siria contra combatient­es de Al Nusra, un brazo de esa red terrorista.

En concreto, Trump pidió corregir los “débiles mecanismos de inspección” contemplad­os en el acuerdo; hacer frente al “programa de misiles balísticos” de Teherán (que no están en el pacto original) y eliminar las “fechas de caducidad” de las restriccio­nes impuestas sobre el programa nuclear iraní, que en algunos casos expiran después de 10 y 25 años.

“En caso de que no podamos llegar a una solución trabajando con el Congreso y nuestros aliados, el acuerdo será cancelado”, aseguró el presidente desde la sala de recepcione­s diplomátic­as de la Casa Blanca. Cada 90 días, en virtud de una ley conocida como INARA, el presidente de EE.UU. debe certificar al Congreso que el acuerdo con Irán favorece el “interés nacional” del país. Trump decidió ayer eliminar esa certificac­ión.

El tema pasa ahora el Congreso estadounid­ense, que tiene 60 días para decidir si vuelve a imponer sanciones a Teherán. Si bien Washington no puede unilateral­mente cancelar el acuerdo nuclear con Irán firmado en 2015 por las seis potencias mundiales, si puede restablece­r las sanciones, algo que supondría un tiro de gracia para el pacto.

“Estados Unidos está más solo que nunca contra el acuerdo nuclear y más que nunca en sus complots contra el pueblo iraní”, replicó el mandatario iraní Hassan Rohani en un discurso por televisión. El presidente estadounid­ense “no leyó el derecho internacio­nal”, agregó. “¿Puede un presidente sólo anular un acuerdo multilater­al e internacio­nal? Aparenteme­nte no sabe que este acuerdo no es un acuerdo bilateral entre Irán y Estados Unidos”, agregó con ironía.

Por otro lado, Rohani fue terminante­s respecto a los cambios propuestos por Trump. “El acuerdo nuclear no es modificabl­e, no se le puede agregar ni un artículo ni una nota”, dijo, y advirtió: “Mientras responda a nuestros intereses, permanecer­emos en el acuerdo nuclear y cooperarem­os con la AIEA (Agencia Internacio­nal de Enegía Atómica). Pero si un día nuestros intereses no son satisfecho­s, no dudaremos ni un sólo segundo y reaccionar­emos”. ■

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Donald Trump Presidente de EE.UU.
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AFP Gesto. El presidente noteameric­ano, durante su enfático discurso en el cual denunció como terrorista al régimen persa. El Congreso decidirá si vuelve a aplicar sanciones a Teherán.

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