Pese al dato de septiembre, el BCRA ratificó la meta de inflación de 2018
Será alrededor de 10%. Tras el 1,9% del mes pasado, Sturzenegger dijo que desinflar la economía “no es lineal”.
El presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, dijo ayer en Washington que “el proceso de desinflación no es lineal ni matemático, sino que tiene altibajos” y ratificó que el objetivo del alza de precios para el año próximo se mantiene intacto, al- rededor del 10%. “La meta que siempre ha sido y la que siempre será”, enfatizó el funcionario al día siguiente de que se conociera que la inflación de septiembre fue 1,9%.
Al término de una conferencia de prensa junto al ministro de Hacienda Nicolás Dujovne, en el marco de la Asamblea del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, Sturzenegger se refirió al índice de precios del mes pasado, que fue mayor a lo pronosticado por las consultoras y el Congreso.
Dijo que el número del mes pasado tiene un componente estacional y que la inflación núcleo del tercer trimestre de este año “es la más baja de toda la gestión”. “El proceso de desinflación no es lineal ni matemático. Tiene altibajos”, afirmó.
Agregó que “el Banco Central está comprometido en cumplir con sus metas de inflación. Nosotros hemos explicado que el relajamiento de la política monetaria sobre el fin de año fue un poco lo que comprometió la meta. Lo advertimos en febrero y hemos tenido una política consistente que ha sido un endurecimiento de la política monetaria todo este año. Eso le da credibilidad al Banco Central, que reacciona no espasmódicamente porque un mes la inflación núcleo da 1,3% o 1,6 %. Hace una elaboración de cómo viene el proceso inflacionario”. Y allí ratificó la meta para el 2018: “Es 10% ( más- menos dos), la que siempre ha sido y la que siempre será”.
El FMI, en cambio, pronostica que el año próximo el índice de precios superará ese número y alcanzará el 16,7%.
Si bien respondieron preguntas sobre cuestiones domésticas, Sturzenegger y Dujovne hablaron ante periodistas de todo el mundo porque presentaban, junto con sus pares de Alemania (Jens Weidmann y Wolfgang Schäuble), las prioridades de trabajo que Argentina va a impulsar cuando asuma la presidencia del G-20, el 1 de diciembre de este año, que heredará de los alemanes.
“Para nosotros es la frutilla del postre de una agenda de reformas domésticas ambiciosa y de una estrategia de reinserción en el mundo. Argentina está aquí para quedarse”, dijo Dujovne. El G-20 nuclea a las potencias mundiales y a buena parte de los países en desarrollo, un grupo que reúne el 80% del PBI global.
“Confiamos que, en nuestro año, el G-20 continúe como institución de gobernanza global influyente. Y para lograr ese objetivo, armaremos una agenda enfocada y relevante globalmente. También acordaremos una agenda que promueva justicia y sustentabilidad para la comunidad internacional”, agregó el ministro.
Los funcionarios mencionaron que durante la presidencia argentina buscarán explorar el tema del futuro del trabajo, sobre todo en momentos en que los cambios tecnológicos sacuden el mercado laboral. “Queremos construir un entendimiento de los impactos actuales y potenciales de los avances tecnológicos sobre la productividad, crecimiento, empleo y desigualdad, y explorar las posibles respuestas desde la política”, sostuvo Dujovne.
Sturzenegger marcó otras de las prioridades para la Argentina. A tono con lo que en estos días los funcionarios se enfocan en los organismos internacionales, sostuvo que “la inversión en infraestructura completa el paquete de políticas requerido para enfrentar el contexto económico global” y que “puede fomentar el crecimiento y la productividad”.
Consultado sobre las dificultades que podrían tener con un presidente como el estadounidense Donald Trump, que reniega de los foros internacionales, el ministro de Hacienda dijo que la prioridad argentina y del G-20 es lograr consensos. “Creemos que somos capaces de lograrlo”, señaló.