La OTAN alerta que una guerra en Norcorea tendría consecuencias devastadoras
El líder de la Alianza se mostró contrario a una acción militar por el extremo daño que podría disparar.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, advirtió este viernes so- bre los riesgos de la escalada entre Occidente y Corea del Norte. El funcionario afirmó que una acción militar en la península del noreste asiático tendría “consecuencias devastadoras” para la región.
“El uso de la fuerza militar tendrá consecuencias devastadoras -insistió en una entrevista en la sede del organismo en Bruselas-. Pienso que nadie quiere que ocurra”, sostuvo cuando se le interrogó sobre la agresiva retórica del presidente estadou- nidense Donald Trump ante la crisis norcoreana.
“Estados Unidos tiene derecho a defenderse y a defender a sus aliados, pero al mismo tiempo estoy totalmente seguro de que nadie quiere una solución militar” agregó.
Stoltenberg precisó que la OTAN “no planea una presencia militar en aquella parte del mundo”, en torno a la península coreana, y que no ha recibido solicitud en ese sentido de Japón o Corea del Sur, dos países que se sienten amenazados por el programa nuclear de Pyongyang. La dictadura norcoreana ha iniciado recientemente una fase de experimentación de grandes misiles que los hacen volar por encima del norte de Japón en una acción que dispara las alarmas de bombardeo en el país asiático.
Trump examinó el martes junto al ministro de Defensa, James Mattis, y su jefe de Estado Mayor, Joe Dunford, “la gama de opciones” disponibles frente a Corea del Norte.
El presidente estadounidense había afirmado en un enigmático mensaje colgado el sábado en Twitter que “sólo una cosa funcionará” con Corea del Norte, sin decir cuál, dos días después de otra declaración similar. Ese mensaje se produjo horas después de que el canciller norteamericano Rex Tillerson había revelado que se estaban sosteniendo conversaciones reservadas con el régimen norcoreano en busca de aliviar la tensión.
Estas últimas semanas, Trump respondió con una escalada verbal al desarrollo de los programas balísticos y nucleares norcoreanos, y amenazó, a mediados de septiembre, con “destruir totalmente al país asiático. El propio ministro Mattis había comentado mesas atrás que una guerra en la península produciría un daño in- mediato sin precedentes. Según los especialistas las víctimas serían en pocos días del mismo número que las generadas en los tres años de la guerra coreana librada a mitad del siglo pasado debido a la acción del armamento convencional que tiene desplegada la dictadura.
Stoltenberg aprovecho la entrevista para enviar un mensaje a Turquía y a EE.UU. para que se encaminen a resolver sus disputas. Turquía es el mayor socio de la OTAN en la región, pero en los últimos meses se ha ido volcando lentamente hacia la esfera de Moscú.
“Estados Unidos y Turquía son aliados que trabajan juntos de tantas formas distintas dentro de la OTAN que me gustaría ver que estas disputas se resuelven”, agregó. “Exhorto a Estados Unidos y Turquía a sentarse juntos y hallar soluciones [...] lo antes posible”, insistió.
Estados Unidos y Turquía representan respectivamente el primer y segundo ejércitos más grandes de la Alianza, pero sus relaciones se han atascado en varios desacuerdos importantes. Ankara critica a Washington por apoyar a milicias kurdas en Siria y reclama, en vano, la extradición por parte de Estados Unidos del predicador Fethullah Gülen. ■