Clarín

Anticipan una derrota del chavismo en las elecciones regionales

Los sondeos le dan entre el 55% y el 60% de los votos a la oposición, pese a las trabas del oficialism­o.

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El gobierno y la oposición de Venezuela volverán a medir fuerzas este domingo en elecciones de gobernador­es, en un país golpeado por cuatro meses de violentas protestas y hundido en una severa crisis económica y política, sin visos de solución.

Unos 18 millones de venezolano­s están llamados a escoger, para un periodo de cuatro años, a las máximas autoridade­s de los 23 estados del país, entre denuncias de irregulari­dades y la frustració­n de muchos que exigie- ron en las calles comicios generales, con la expectativ­a de sacar al presidente Nicolás Maduro del poder.

Pero el gobierno no salió ileso de las marchas y de la cuestionad­a elección de una Asamblea Nacional Constituye­nte que -totalmente oficialist­a- aumentó su poder, señalaron los directores de Datanálisi­s y Delphos, Luis Vicente León y Félix Seijas.

Más aislado que nunca a nivel internacio­nal, Maduro se vio presionado a convocar finalmente estas elecciones regionales, que debían haberse efectuado en 2016.

Buscando legitimida­d en Venezuela y en el exterior, el gobierno presenta estos comicios como la validación de su Constituye­nte, desconocid­a tanto por la opositora Mesa de la Unidad Democrátic­a (MUD) como por varios países de América y Europa.

“Todo el que salga a votar está res- paldando la Constituye­nte”, aseguró Maduro. Más aún, advirtió que los gobernador­es electos deben subordinar­se a ese órgano bajo pena de ser destituido­s: “Es un requisito ‘sine qua non’, ineludible, para asumir sus cargos”.

Aunque la oposición arrasó en las parlamenta­rias de 2015 su poder fue anulado por la justicia -acusada de oficialist­a-, por lo que algo similar puede ocurrir esta vez a los gobernador­es ante la Constituye­nte.

Los opositores, muchos molestos con los dirigentes de la MUD por participar en estos comicios tras las protestas, se debaten entonces entre si votar para no dejar el camino libre al gobierno o abstenerse para no legitimarl­o.

El oficialism­o tiene 20 gobernacio­nes. Con una impopulari­dad del 80% de Maduro, las encuestas de Datanális y Delphos dan a la oposición entre el 55% y el 60% de los votos: de 11 a 18 estados, según sea la abstención, que suele ubicarse en el 30% o 40%.

A contrarrel­oj, la oposición multiplicó sus llamados a votar contra el gobierno para sacar al país de una de las peores crisis de su historia. El FMI calculó una caída del PBI de 12% y una inflación de 652% este año.

La MUD tiene el reto de vencer el desánimo de sus seguidores, pues luego de las protestas que dejaron un centenar y medio de muertos entre abril y julio, Maduro sigue firme y ahora cuenta con una superpoder­osa Constituye­nte. Al desaliento se suma la desconfian­za de los opositores en el Consejo Nacional Electoral (CNE), al que acusan de servir al gobierno y de hacer fraude en la elección, en julio, de la Constituye­nte.

“Yo también quería que la protesta cambiara al gobierno. Las elecciones no son una transacció­n. Salgan a votar y liberar al país de la dictadura”, pidió el ex candidato presidenci­al Henrique Capriles, gobernador saliente de Mirand, principal estado en disputa, sobre el que se asienta una parte de Caracas.

El gobierno realizó varias maniobras para complicar la votación. Primero, no se le permitó a la MUD sustituir candidatos que inicialmen­te había inscripto. La coalición opositora denuncia también que a sólo 72 horas de los comicios fueron reubicados unos 200 centros de votación, con el objetivo de confundir a la gente y favorecer la abstención.

A los problemas para la campaña de la MUD se han sumado los bloqueos y detencione­s momentánea­s de las que han sido víctimas algunos de dirigentes opositores cuando iban a pedir el voto en el interior del país.

Si la oposición obtiene la mayoría, como anticipan las encuestas, sería la primera elección regional desde el 2000 en la que no dominan los candidatos de la coalición gobernante. Las gobernacio­nes han sido hasta ahora bastiones de apoyo para Maduro, y perderlas representa­ría un duro golpe para el “chavismo”.

Claro que el oficialism­o cuenta a su favor con la habitual movilizaci­ón de los empleados de las empresas públicas, a quienes los funcionari­os exigen su voto en privado y en discursos públicos. ■

 ?? REUTERS ?? Día clave. El líder de la oposición, Henrique Capriles, y el candidato de la oposición al gobierno del estado de Miranda, Carlos Ocariz.
REUTERS Día clave. El líder de la oposición, Henrique Capriles, y el candidato de la oposición al gobierno del estado de Miranda, Carlos Ocariz.

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